Una moneda de oro en la mano
La idea de lo putrefacto había calado hondo en Dalí, y persistiría en sus relojes blandos, burros muertos, manos fálicas, miembros mutilados o la inquietante forma descompuesta de El gran masturbador. Santos Torroella considera en su ensayo que estos símbolos empiezan a desarrollarse en su "época lorquiana" que se inicia, "sin sospecharlo, con aquellas inocentes y amenas caricaturas de los putrefáctos, a la que. seguirán los ya terribles, por angustiosos, dibujos y pinturas de dicha época". En su ensayo, Santos Torroella utiliza, a falta de documentos que lo corroboren explícitamente, el texto que escribe Dalí -dedicado a Lorca- sobre San Sebastián, y en el que describe sus ideas sobre la astronomía y lo putrefacto.
A ello contesta posteriormente García Lorca con una carta personal desde Lanjarón al pintor, después de haber pasado un mes juntos, en la que desarrolla el mismo tema con exquisita prosa y profundidad de pensamiento, y en donde también deja traslucir sus sentimientos: "Estoy bastante aislado. y no me gusta hablar con nadie como no sea con los camareros que son guapos y sé lo que van a decirme..Yo te recuerdo siempre. Te recuerdo demasiado. Me parece que tengo una cálida moneda de oro en la mano y no la- puedo soltar. Pero tampoco quiero . soltarla, hijito. Tengo que pensar que eres feísimo para quererte más", escribe Lorca.
Los putrefactos de Dalí habían empezado a multiplicarse antes de que decidiera reunirlos en un libro, en las cartas y postales que éste enviasba a sus amigos. La labor de rastrearlos y encontrarlos la desarrolló el investigador Torroella a lo largo de varias décadas. "No ha sido una tarea sistemática", reconoce.:"No había manera, los iba encontrando aquí y allá, entre gente del entorno de Dalí".
. El libro Los putrefactos de Daly y Lor-ca completa la trilogía, sobre los años pasados por Dalí en la Residencia de Estudiantes, iniciada por el propio Santos Torroella con Dalí residente y Dalí. Época de Madrid. La exposición que presenta la Residencia de Estudiantes (pinar, 23) reúne más de 50 dibujos, además de otras obras originales de Dalí y García Lorca, Pepín Bello, Moreno Villa, Rafael Alberti, Benjamirt Palencia, Mantiel Ángeles Ortiz y Rafael Barradas. Todos ellos compartieron esta época y estaban familiarizados con la idea de los putrefactos que se usaba con frecuencia en las tertulias. La muestra incluye también cerca de 90 documentos de la época.