Frustración en el Gobierno y en gran parte de la oposición al despedir la quinta legislatura

Tan sólo los diputados del Partido Popular dijeron adiós ayer con optimismo a la quinta legislatura desde que se aprobó la Constitución. En su último pleno, la amargura y la frustración eran perceptibles en las filas del PSOE. Tampoco estaban contentos los diputados de IU-IC, y los nacionalistas catalanes, vascos y canarios rezumaban cierta decepción al constatar que no han sido capaces de mantener una actividad política y legislativa normal. La sucesión de escándalos y la crispación han llevado a que se dé por terminada esta nueva etapa parlamentaria a tan sólo dos años y medio de haber comenzado.

Existe bastante coincidencia en que los escándalos han tapado todo lo que de positivo ha podido ocurrir en España en este tiempo. El PSOE echa la culpa al PP y a Izquierda Unida, y éstos responsabilizan al Gobierno.Aunque el ambiente en el hemiciclo era distendido, incluso con ciertos nervios de fin de curso, al salir al pasillo, casi todos los portavoces parlamentarios y responsables políticos se colocaron inmediatamente en su papel y arremetieron sin contemplaciones al adversario político. El presidente del Gobierno, Felipe González, no quiso hablar. Se limitó a hacer una broma con la hipótesis de que la legislatura pueda durar hasta 1997.

El líder del PP, José María Aznar, no estaba para bromas y calificó la legislatura, que previsiblemente quedará oficialmente cerrada el 8 de enero, como "anormal y excepcional". El líder del PP expresó su confianza en que de las próximas elecciones salga "un Gobierno fuerte".

El Ejecutivo de González ha fracasado estrepitosamente y no ha sido capaz de aprobar los Presupuestos, a juicio de Aznar. Tampoco ha sido posible ejercer el recurso que la oposición tiene a mano, la moción de censura porque el resto de los grupos: singularmente CiU, no ha dado a Aznar "facilidades" para presentarla con garantías de éxito.

El presidente del PP se declaró. encantado de la previsible fecha de las elecciones, el domingo 3 de marzo, y se felicitó de que el candidato socialista sea González "para que se pueda juzgar su tarea política de estos años".

Comicios andaluces

Aznar consideró "lógica y normal" la coincidencia de las generales con las autonómicas andaluzas, en contra del criterio del líder del PP en Andalucía, Javier Arenas. El presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, también lamentó ayer esa coincidencia y la consideró "perjudicial" para los andaluces.

El presidente del PP, no obstante, estuvo suave en comparación con los trallazos de su portavoz parlamentario, Rodrigo Rato, para quien esta legislatura ha fracasado porque la recuperación económica no se ha producido y no se ha erradicado la corrupción. "Existe pesimismo colectivo y los ciudadanos sienten una gran desconfianza", añadió Rato.

El portavoz del PP, puesto a opinar, se fue mentalmente hasta la sede del PSOE para describir lo que cree que pasará con sus listas electorales. "Las listas del PSOE van a servir de refugio para algunos que exigen a su partido no sólo que les incluyan en las candidaturas, sino también apoyos multitudinarios". Sin duda, aludía al ex ministro del Interior José Barrionuevo.

En el mismo tono serio opinó el presidente del Grupo Socialista, Joaquín Almunia. A su juicio, la legislatura ha sido "muy intensa" por la labor normativa, y su partido demostrará que ha cumplido un porcentaje muy alto de sus compromisos electorales.

A diferencia de Rato, Almunia cree que se está creando empleo y hay atisbos de crecimiento sostenido. El trabajo de control e investigación en el Parlamento ha sido intenso y útil, y las cámaras se ha podido colaborar con la Justicia. Las investigaciones parlamentarias sobre la gestión de Banesto, el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán y el uso indebido de fondos reservados han dado lugar, además, a la aprobación de normas que intentan impedir la aparición de casos similares.

Almunia tampoco quiso pasar por ingenuo y reconoció que la legislatura ha sido sumamente tensa, sobre todo por los casos de corrupción. "A todos nos ha escandalizado conocer los casos de gentes que han utilizado sus cargos en beneficio propio", señaló. Dicho eso, acusó a la oposición de azuzar la situación para crispar la vida política y de mostrarse intolerante y sin respeto a las instituciones.

Pacto con CiU

Almunia se refirió a lo que considera utilización del pacto entre socialistas y nacionalistas catalanes. Con tono solemne, aseguró que jamás ha habido favoritismo para Cataluña y que ninguna comunidad puede sentirse agraviada. En esta línea también se manifestó el portavoz de CiU, Joaquim Molins.

En cuanto al PNV, ha vivido la legislatura con claros y oscuros, aunque en la última etapa su relación con los socialistas se ha debilitado notablemente.

Rosa Aguilar, de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, empezó por señalar que la "alianza González-Pujol" ha derechizado la vida política y no ha aportado estabilidad. Para la portavoz de IU-IC, el presidente ha acudido siempre "arrastrado" al Parlamento, y la corrupción ha sido la nota dominante de estos dos años y medio.

En los pasillos, diputados de iodos los grupos se arremolinaban en tomo al infatigable trabajador Ramón Espasa, de IU-IC, perplejos ante la noticia de que su jefe de filas, Rafael Ribó, ha decidido que no vuelva a ser diputado.

No sólo se hablaba del escaño de Espasa. Muchos más están en el alero. La zozobra era evidente en muchos rostros, sobre todo socialistas. En unos porque no irán en las candidaturas y en otros porque tienen muchas posibilidades de no salir, a la vista de la tendencia menguante del voto socialista. "Estamos ya en el achique de espacios", decía un diputado del PSOE parafraseando al entrenador de fútbol Jorge Valdano.