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Gutiérrez defiende que sindicatos y empresarios negocien el reparto de empleo que quiere González

Antonio Gutiérrez, secretario general de CC OO, presentó ayer ante el VI congreso de su sindicato y casi dos horas de discurso un informe de gestión diferente al aprobado formalmente hace un mes. El líder sindical fue ayer mucho más concreto al dar las claves del modelo de sindicato que defienden él y su grupo frente a los postulados del sector crítico liderado por Agustín Moreno. Y parte de estas advertencias de Gutiérrez: "Que nadie cometa el disparate de intentar convertimos en un partido bis" y, además, "no puede haber vuelta atrás" ni retornar al sindicato entendido como movimiento sociopolítico de los tiempos de la dictadura.Junto a la autonomía de los partidos políticos, incluido el PCE, la unidad de acción con UGT es la segunda pieza clave. La tercera es corregir el déficit de negociación de la etapa que ahora se cierra. Su propósito es demostrar que, además de convocar huelgas generales y movilizaciones de amplio respaldo, el sindicato sabe lograr pactos y dar solución a los problemas de los trabajadores.

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No es casual que el VI Congreso de CC OO se haya iniciado el mismo día que se firmaba el madrugador convenio de banca, con un acuerdo sobre reclasificación profesional para sustituir la ordenanza del metal y con la ratificación por la patronal del pacto sobre solución de conflictos.

Horas extras

En ese reforzamiento de la capacidad negociadora de CC OO, Gutierrez incluye también el reparto del trabajo y la reducción de jornada con recorte salarial, propuesto hace unos días por el presidente del Gobierno, Felipe González. Para el líder sindical se trata de una oferta similar a la de "aquéllos que te convidan para que pagues tú la consumición". En su criterio, se trata de un viejo debate "vetado por quienes ahora lo sugieren" y una medida que no se puede generalizar. Su propuesta es que la reducción de jornada se plantee en las empresas donde sea posible "y con absolutas garantías de creación de empleo". Gutiérrez propuso crear una cuenta de crédito de tiempo con las horas extraordinarias acumuladas para que el trabajador pueda disfrutar de ellas cuando quiera en lugar de incentivar con dinero.

Gutiérrez, que desconfía de las promesas electorales "como el gato escaldado", sugiere al partido que gobierne tras las elecciones generales del 3 de marzo lo siguiente: "Si lo que nos ofrecen no es algo diferente a lo que podemos discutir entre patronal y sindicatos ¡qué nos dejen negociar!". Ese fue su mensaje para el futuro inmediato. Su repaso Al pasado estuvo cargado de una mayor dureza y de críticas al Gobierno socialista. "Este periodo se ha. caracterizado más por la conflictividad que por los acuerdos", afirmó, "porque nos hemos encontrado con un Gobierno que ha materializado su gestión en políticas regresivas contra los derechos sociales".

El sindicalista recordó que desde 1990 no se ha logrado ningún acuerdo con el Ejecutivo socialista: "Con un Gobierno con mayor sensibilidad y más sentido de la responsabilidad habríamos sabido dar otras respuestas". Recordó el fallido acuerdo sobre la ley de huelga, que se olvidó en un cajón tras la convocatoria de las elecciones generales de 1993, y se detuvo con especial detenimiento en la confrontación -con huelga general incluida- mantenida a raíz de la reforma laboral de 1994, sobre la que hizo un balance totalmente negativo en presencia de sus autores: el ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, y el secretario general de Empleo, Marcos Peña.

Pero eso ya es historia y Gutiérrez y su sector quieren "pasar la página" y no hacer "una eterna polémica". Su actuación, como en los últimos meses, será paliar los efectos de la reforma laboral en las empresas, a través de la negociación colectiva.

Las críticas a la reforma no gustaron especialmente al ministro de Trabajo. Griñán, dijo al concluir el discurso de Gutiérrez: "Como miembro del Gobierno, en unas cosas estoy de acuerdo y en otras no estoy de acuerdo".

En cambio a los dirigentes de IU sí les gustó la intervención del secretario general de CC OO Para Diego López Garrido, de la corriente Nueva Izquierda, se trata de "un gran discurso" y dio estos argumentos: "Es el claro mensaje de un sindicato consciente de que forma parte de la historia y que quiere demostrar que sin él no se puede afrontar el futuro. Antonio Gutiérrez ha demostrado que tiene gran capacidad para comprender el momento que vivimos, y que entiende que el discurso de la izquierda debe ser muy unitario o si no se impondrán las tesis liberales". Rafael Ribó, coordinador general de Iniciativa per Catalunya, calificó el discurso de "muy valiente". José María Aznar, tan sólo comentó. que se trató de una intervención "interesante" y que, en otro aspecto, los pensionistas pueden estar tranquilos ante un posible triunfo de su partido en las próximas elecciones generales.

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