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Aznar promete diálogo con Cataluña aunque logre mayoría absoluta

José María Aznar acudió ayer a Cataluña a dejar un par de mensajes muy concretos y lo logró a duras penas, entre los gritos, las ovaciones, el estruendo de la celebración de una victoria que los suyos han decidido anticipar y convertir en principal argumento de campaña. El candidato del Partido Popular no renunció a disputar el voto a los nacionalistas de CiU, pero se comprometió solemnemente, ante 10.000 personas que abarrotaban como nunca el Palau Blaugrana, a mantener la colaboración y el diálogo con las instituciones catalanas, "tenga o no la mayoría suficiente".

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Aznar lleva tres años de siembra personal en la política catalana y se dispone a cosechar la mies con una expectativa de superar con amplitud los resultados de las últimas autonómicas y, por supuesto de las generales de 1993.Por eso el candidato de los populares ni siquiera se empleó ayer a fondo para hacer un discurso orientado a convencer a electores potenciales pero dudosos. Simplemente dejó mensajes de tono institucional y se presentó como la alternativa a un centro-derecha como el de CiU lastrado, desde su punto de vista por el apoyo de tres años al socialismo en caída libre.

Sin rencor

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Para empezar, Aznar dijo que él garantiza la máxima colaboración con las instituciones catalanas, sin rencor de ningún tipo a CiU, para afrontar los problemas comunes, "desde el mutuo respeto; no importa quién esté en las instituciones o en los Gobiernos, importa que éstos funcionen". Pero también enfrentó su ofrecimiento de "mano tendida" y de olvido de las recientes diferencias a la actitud de los nacionalistas de Jordi Pujol.

"Me gustaría oír que va a haber la misma colaboración con el Gobierno de España", dijo con la mirada puesta en el Gobierno de la Generalitat y en Pujol. "Si esa lealtad democrática, constitucional y estatutaria va a jugar limpio en la dirección Madrid-Barcelona, me gustaría saber que va a jugar limpio también en la dirección Barcelona-Madrid".

Si los populares han sido muy duros con los nacionalistas de Pujol por su colaboración de los últimos tres años con el Gobierno de Felipe González, Aznar también ha criticado en tono menor el hecho de que el PSOE sólo haya buscado la colaboración de CiU cuando le era necesaria para apuntalar una mayoría parlamentaria. En Barcelona hizo explícito el argumento, pero en positivo y como compromiso personal. "Tenga la mayoría suficiente o no la tenga, que quiero tenerla, tenderé igual la mano a la colaboración y al diálogo".

Pero el presidente del PP advirtió también que no aceptará de los nacionalistas "condiciones ni imposiciones ni condicionamientos que no considere imprescindibles". Las últimas palabras, fiel reflejo de lo que Aznar interpreta como actitud reciente de Pujol y de CiU, apenas fueron audibles pese a los miles de watios de la megafonía, acallados por una ovación estruendosa.

El acto público de Barcelona, el único en Cataluña donde participa el candidato del PP, fue una verdadero festival de euforia, hasta el punto de que el protagonista pidió a sus seguidores que sepan dosificar y administrar el entusiasmo. Todos los detalles fueron cuidados para neutralizar la imagen del PP hosco y bronco de la polémica lingüística, congelada desde hace unas cuantas semanas. Los graderíos eran un mar de banderas del partido y de senyeras catalanas de todos los tamaños. Excepto Aznar, todos los oradores emplearon mayoritariamente el catalán. Josep María Trias de Bes, cabeza de lista por Barcelona, demostró que se ha metido en el bolsillo a los votantes potenciales del PP y no sólo por haber cambiado de orilla, sino porque su presencia es un importante aval para la catalanización que el partido necesita. La guinda la puso la entrega del carné número 500.000 del PP a una joven tarraconense.

Para contrarrestar los apoyos que ayer recibió González de artistas y personas del espectáculo, Aznar comenzó con agradecimientos. La respuesta habría sido de escasísima entidad -la habitual -Norma Duval y el cantante Francisco- a no ser por el as que Aznar extrajo de la manga. Aunque no pudo asistir al mitin, dijo, ayer mismo recibió un mensaje de apoyo de Mario Vargas Llosa. El escritor peruano, nacionalizado español, es amigo personal del presidente del PP catalán, Aleix Vidal Quadras, y no ha ocultado su admiración por las posiciones más duras de éste contra la normalización del catalán. Pasado mañana, en Valencia, en el campo de Mestalla, junto a Aznar aparecerá "uno de los españoles más universales" en definición del líder del PP: Julio Iglesias.

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