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El hueso

La inexplicable desaparición de un trozo de la clavícula de Enrique Ruano que presentaba una fractura -el hueso fue serrado y no se realizó ninguna prueba pericial con él- es la base para que la magistrada María José de la Vega concluya que el estudiante fue asesinado por uno de los tres policías.Tal hueso, dice la magistrada en el voto particular discrepante de la sentencia, era la prueba inequívoca para determinar con certeza el proyectil causante de la herida y saber si fue la causa de la muerte. Los datos de la autopsia, agrega, son insuficientes y el informe anatomopatológico carece de objetividad.

"Sólo hubo un impacto de bala sin que conste cuál de los tres procesados efectuó el disparo", señala en su relato. No hay pruebas, según la magistrada, de que los policías se hubieran puesto de acuerdo para matar a Ruano, por lo que sólo uno de ellos es responsable del crimen. Pero al no haber sido identificado el autor del disparo, todos ellos deben ser absueltos.

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Absueltos por falta de pruebas los policías acusados de la muerte de Ruano
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