Fidel, ante la tumba de Allende
Poco antes de las siete de la mañana, acompañado por una nube de fotógrafos y periodistas, el, presidente cubano, Fidel Castro, visitó la tumba de mármol del presidente chileno Salvador Allende, muerto el primer día del golpe de Estado castrense de 1973 contra su Gobierno. Castro fue un gran admirador de Allende, pero no consiguió colocar a Chile en la senda de la revolución cubana.
"De Fidel Castro Ruz a Salvador Allende, que tanta gloria y honor merece", era el texto de la cinta adosada a la corona de flores blancas, rojas y azules, color de la bandera chilena, depositada en el panteón, situado en el cementerio General.
Castro vestía traje de chaleco y corbata y permaneció brevemente y en silencio durante la ofrenda. Después reflexionó con la cabeza inclinada hacia abajo en la cripta subterránea junto con_la diputada Isabel Allende, hija del difunto presidente chileno, derrocado por un golpe que encabezó el general Augusto Pinochet tres años después de haber ganado Allende las elecciones por estrecho margen.
La metralleta utilizada por Allende durante la defensa del Palacio de la Moneda fue regalo de Castro dos años antes. Una inscripción en la culata decía: "A mi amigo y compañero de armas Salvador Allende". Dirigentes de los partidos comunista y socialista y grupos de la izquierda chilena acompañaron al gobernante cubano, en tanto que la prensa extranjera no pudo entrar. Sólo se permitió el acceso a un grupo de periodistas chilenos y cubanos.
Castro llegó al cementerio en un Mercedes Benz blindado. Las manifestaciones de repudio al líder revolucionario apenas tuvieron eco. La izquierda chilena, en cambio, se volcó anoche en un acto de homenaje que reunió a 400 personas. Castro visitó Chile 25 años antes y permaneció en el país casi un mes, durante la Administración de Allende (1970-1973).
