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VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCO

"No hay ningún lugar seguro, ninguno"

La respuesta anónima de algunas alumnas del colegio Berriotxoa al atentado de ayer de ETA en Santutxu no tardó en llegar. Espectadoras de un suceso que nunca habían deseado contemplar ni vivir, un grupo de estudiantes de COU redactaba sobre las 10.30 una carta a "esos malnacidos que han sido capaces de asesinar a una persona con un coche bomba al lado de un colegio". Era su forma de catársis, de desahogo compartido ante un atentado que pudo haber producido una tragedia en un centro educativo con 1.750 alumnos.Sobre las 10.30, estas estudiantes emborronaban en el patio del colegio una hoja de papel con sus sentimientos. "Seguro que ellos no saben lo que es estar en clase y de repente ver cómo caen cristales y cómo la gente salta para alejarse de ellos; seguro que, no saben lo que es salir al patio del colegio y ver alumnos llorando, madres corriendo buscando simplemente ver la carita de sus hijos, simplemente ver esa carita que esta mañana despidieron pensando que les mandaban a un lugar seguro sin pensar que con gente así ya no hay ningún lugar seguro, ninguno", escribían.

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"Yo no sé qué pretenden: el lunes pasado, un atentado en Granada; el martes, en Tolosa, martes de Carnaval, día que se suponía feliz para todos, lo mataron a otro hombre; y hoy, que prácticamente no ha pasado una semana desde el último atentado, otro. Y el próximo ¿cuándo?, ¿mañana? Venga, seguir así que ya veréis cómo conseguís lo que queréis, un país libre y de provecho. ¡Ya! ¡Las narices! ¿Pero qué os pensáis? ¿que la gente es tonta?". Las estudiantes acababan con una palabra en mayúsculas: ¡¡ILUSOS!!".

Llamadas de los padres

El atentado de ayer en el barrio bilbaíno de Santutxu sembró también el miedo y la angustia en las familias con hijos en el colegio, cuya parte trasera se encuentra a pocos metros de donde se produjo la explosión. Eran las nueve de la mañana y los alumnos de COU se encontraban ya en clase. La noticia saltó a la ondas muy pocos minutos después de producirse la deflagración. Casi de inmediato, la recepcionista del colegio comenzó a recibir llamadas de padres y madres que, alarmados, querían saber qué había pasado con sus hijos.Algunos alumnos de COU del colegio, dirigido por los hermanos menesianos, subrayaron que el atentado podía haber terminado en tragedia ya que varios autobuses escolares suelen pasar unos minutos después por la calle donde encontró la muerte el policía. "Faltaban cinco minutos para que pasara el autobús del colegio con 50 críos", relataba un alumno de Berriotxoa.

La Asociación Nacional de Policía Uniformada (ANPU) pidió ayer el cumplimiento íntegro de las penas para los terroristas y el cese de "los beneficios penitenciarios para esta calaña". Todos los partidos del Pacto de Ajuria Enea condenaron el atentado.

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