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Traiciones y tradiciones

Maribel Marín Yarza

El pueblo de Irún se dividió entre los firmes defensores de la tradición y quienes exigen el derecho de la mujer a disfrutar de la fiesta en igualdad de condiciones que los hombres. "Es una joya de 116 años. La mujer tiene su debida presencia en su rol de cantinera", aducen quienes piden que se mantenga el Alarde de siempre. En cualquier caso, el asunto salió del ámbito local, llegó a los tribunales y las instituciones tuvieron que tomar partido. El Parlamento autonómico, el Instituto Vasco de la Mujer y el Ararteko se pusieron a favor de las mujeres.El Ayuntamiento de Irún abogó desde un principio por el Alarde tradicional, cubriendo así las expectativas de los iruneses que, en un 65 porciento, no aceptan que las mujeres puedan participar activamente en la fiesta. Sin embargo, la resolución judicial del TSJPV instando al alcalde a integrar a las mujeres en el Alarde de este año hasta que haya una sentencia firme sobre la cuestión de fondo, calentó los ánimos.

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Alberto Buen Lacambra aseguró que acataría la decisión, Así lo hicieron también 15 de los 27 mandos de las compañías. que participan en el desfile. Por este motivo fueron increpados ayer por los ciudadanos y tachados de "traidores". Ayer, cuando en principio parecía que, al menos, 15 compañías comparecerían en la arrancada de la plaza de Urdanibia, sólo la formación mixta de alrededor de 125 mujeres y 200 hombres se presentó a someterse a las órdenes del comandante. Así, la tradición y la renovación no pudieron integrarse y desfilaron por separado. Los amantes del Alarde de siempre protagonizaron la paradoja de romper con la tradición.

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