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El Valladolid piensa en Lillo para suplir a Cantatore

Rechazo, incomprensión y un enfado monumental. Valladolid, la ciudad entera, está convulsionada con el esperpéntico cese de Vicente Cantatore. La entrada ayer de los miembros del consejo de administración a las instalaciones del estadio para ofrecer una conferencia de prensa explicativa de los últimos acontecimientos estuvo marcada por la tensión. Unos 30 aficionados esperaron a los directivos para insultarles y reprocharles la decisión y la forma, sin precedentes, de comunicársela al técnico chileno. A la salida, incluso fue necesaria la intervención de la policía ante el nerviosismo de algún aficionado que llegó a encararse con el director general del Valladolid, Ángel Fernández. Los futbolistas del Valladolid han manifestado su apoyo incondicional a su ex entrenador por lo que consideran una salida inmerecida e innecesaria.El Valladolid busca ahora un nuevo técnico. Juan Manuel Lillo, que ya tuvo contactos con Marcos Fernández para entrenar al Valladolid hace dos temporadas, es el candidato número uno. El finiquito de Cantatore, si no hay ningún acuerdo amistoso, podría costarle al Valladolid más de 100 millones de pesetas.

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"Estás destituido"

La destitución de Cantatore era cuestión de tiempo. En realidad, la decisión se tomó en la tarde del lunes tras una reunión de Cantatore con el director general del club, pero se prefirió aguardar a ejecutarla a que terminase el partido de ida de la primera ronda de la Copa de la UEFA. Sin embargo, la discusión en la Cope entre Cantatore y el presidente en funciones, Marcos Fernández Fermoselle, precipitó el despido. A las dos de la madrugada, Cantatore abandonaba la concentración del Valladolid.

"Es evidente que ésta no ha sido la mejor forma y lo lamento mucho. Estoy muy decepcionado de la situación que se produjo en un momento muy complicado para mí. Lo lamento en cuanto a la forma, pero no en cuanto al fondo", aseguró Marcos Fernández Fermoselle.

Al margen de los malos resultados, dos cuestiones han centrado el distanciamiento entre Cantatore y la directiva del Valladolid: una supuesta renegociación del contrato del técnico y las incorporaciones de principio de temporada. La directiva asegura haber aceptado las pretensiones económicas al alza de Cantatore y afirma tener documentos para demostrarlo, aunque tales documentos, que todavía no se han enseñado, Cantatore los niega tajantemente. En cuanto a las incorporaciones, a Cantatore se le achaca haber aceptado solamente los fichajes propuestos por su representante, Giuseppe Rugolota, y rechazar a Pompei, Silvani o Abreu.

En la directiva, la sensación general es que Cantatore ha estado forzando su salida del club. Así lo afirmó Saturnino Torío: "Es una situación provocada por Cantatore, porque estoy convencido de que él pensaba que su discurso futbolístico se había agotado. Y no lo digo porque se hayan perdido tres partidos, sino por la forma en que se han perdido". La buena química entre Cantatore y la afición es algo que tampoco ha gustado demasiado en la directiva.

El presidente, Marcos Fernández, no ha permanecido ajeno a lo ocurrido, pese a la intención inicial de sus hijos de no perjudicar con los problemas del club su proceso de recuperación en Seattle. Marcos Fernández se enteró por EL PAÍS-DIGITAL de las discusiones entre Cantatore y los directivos, y según afirmaron sus hijos, prestó su consentimiento para el despido.

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