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María Jesús Valdés crea una Bernarda Alba femenina y sensual

La obra se estrena en el María Guerrero

El Centro Dramático Nacional abre su temporada del teatro María Guerrero con un Lorca paradigmático, La casa de Bernarda Alba, con dirección de Calixto Bieito. El montaje, que se estrenará el próximo día 11, cuenta con un importante reparto encabezado por una de las grandes actrices de la escena española, María Jesús Valdés, quien por primera vez ofrecerá una Bernarda femenina y sensual, distinta a las vistas hasta ahora.

Calixto Bieito nunca ha visto representar La casa de Bernarda Alba, el primer Lorca al que se enfrenta en su carrera profesional. Ello se explica por el hecho de que en Cataluña no ha habido tradición de representar esta obra. Además Bieito sólo tiene 35 años. No obstante, él ya trabajó este texto en un taller durante su estancia en el Piccolo Teatro de Milán: "Me apasiona este texto porque me gusta mucho el realismo mágico que veo en él, así como esa especie de erotismo religioso reprimido y de violencia doméstica que hay en la tragedia", comenta el director.Para María Jesús Valdés este es su primer Lorca, ya que antes de retirarse como actriz, en plena cumbre de su carrera en los años cincuenta, la familia del poeta granadino no concedió los derechos a ella y al director José Luis Alonso para representar Doña Rosita la soltera. Valdés cuenta que Alonso se puso de rodillas ante Isabel García Lorca: "Pero no quiso". Nunca pensó Valdés que haría un Lorca, tras su vuelta en 1991 a los escenarios, y menos que la verían como Bernarda.

Este personaje, quizá el más internacional de todos los creados por su autor, siempre ha sido interpretado por mujeres ásperas, agrias, de físico adusto, habitualmente muy morenas, (a excepción de Glenda Jackson), algunas casi bigotudas, hasta el punto de que ha habido varias versiones interpretadas por hombres, como la interpretada por Ismael Merlo. Justo la antítesis de la Valdés, una mujer rubia, cálida, ausente de amarguras, de facciones y carácter llenos de redondeces, que delatan una pasión nada pesimista por la vida.

El director justifica su elección: "Quería una Bernarda sensual y femenina, para que el espectáculo estuviera impregnado de líquidos. Necesitaba una mujer vital, una Bernarda de Puerto Hurraco que bregara como un hombre sin ser una marimacho, sólo fuerte y femenina", señala Bieito.

Valdés, por su parte, a pesar de ser una de las grandes señoras de la escena española, no oculta sus temores: "Tengo miedo por esta osadía, pero con ella se han cumplido varias ilusiones y reencontrarme con Julieta". Julieta Serrano recuerda que ella ha interpretado mucho a García Lorca y ha participado en tres montajes anteriores de La casa de Bernarda Alba. En esta ocasión hace el papel de una Poncia, según Bieito, muy especial: "Julieta la ha llenado de bilis, le ha dado magistralmente ese matiz lleno de resentimiento social, con un odio muy shakespeariano, una Poncia muy cercana a una Celestina, siempre con chismes eróticos en la boca y con numerosas referencias sexuales", explica el director. Serrano, por su parte, confiesa que aquello que le gusta de Poncia es que el personaje representa a un auténtico bicho: "Bieito ha hecho una Bernarda impregnada de realismo poético y ha unido ese universo de Lorca, con el de Buñuel y Dalí, huyendo del costumbrismo. El hálito de la función está en ese camino marcado por el sexo, la muerte, la violencia, la represión..."

Bieito ha respetado casi íntegramente la obra original: "Como todos los grandes textos de la historia del teatro tiene muy pocas posibilidades de cambio". Lo que sí ha incorporado al montaje es una trapecista; una mujer, interpretada por Marisa Prada, que cuelga desnuda de una maroma, como símbolo de un universo surrealista a través de una imagen que sugiriera la mujer badajo: "Como mujer golpeada contra un muro que entronca con la figura de la Adela ahorcada", añade Bieito, que ha contado con la escenografía en blanco y negor, vida y muerte, de Alfons Flores.

El resto del reparto de esta obra producida por la empresa catalana Focus, en el que destaca en el breve papel de María Josefa la actriz Concha Redondo, está compuesto por Gloria Muñoz, Roser Camí, Martirio, Magdalena y Mónica López, Maife Gil y Jesusa Andany.

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