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HUELGA GENERAL EN EUSKADI

Los empresarios y el Gobierno vasco condenan la "actuación coercitiva de los piquetes informativos"

Por encima de la división sindical, los mensajes de las cuatro centrales mayoritarias -las nacionalistas ELA y LAB y las de ámbito estatal UGT y CC OO- coincidieron en calificar de éxito rotundo la jornada de huelga y en advertir a la patronal y al Gobierno vasco de la necesidad de negociar el establecimiento de las 35 horas y del salario social, tanto en las empresas como en la Administración. Las centrales conminaron al Gobierno vasco, como "patrono", a que dé ejemplo y establezca de forma inmediata la reducción de jornada.Frente a este llamamiento a la negociación, que la patronal vasca Confebask tuvo que oír en su propia sede, puesto que las dos manifestaciones terminaron a escasos metros de sus locales en la Gran Vía de Bilbao, los empresarios descartaron hablar de reiniciar la negociación y se limitaron a comentar la huelga. En todo caso, los representantes de Confebask, en los días previos a la huelga, señalaron que estaban dispuestos a negociar, pero no a cambiar sus posiciones. La patronal se niega a reducir la jornada por ley y es solamente partidaria de reducirla en cada convenio colectivo.

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"Huelga desigual"

Confebask, en un comunicado, indicó que la huelga no ha sido general, sino "desigual e impuesta". La patronal vasca expuso que la huelga se había caracterizado por dos elementos fundamentales: "La actuación masiva, coercitiva y en algunos casos violenta de los piquetes y el no cumplimiento, salvo en contados casos, de los servicios mínimos fijados para el transporte"; un argumento al que se sumó el Gobierno vasco.

El departamento de Trabajo vasco condenó la actuación de los piquetes violentos y aseguró que "tan necesario y democrático como respetar el derecho de huelga es respetar la voluntad de los ciudadanos" que quieren trabajar. En respuesta a esas críticas, la central UGT acusó al Gobierno vasco de convertir en violenta la huelga después de que uno de sus afiliados sufriera la rotura de un brazo debido, según la central, a una carga de la Ertzaintza.

El secretario general del PSE-EE de Guipúzcoa, Manuel Huertas, terció en la polémica sobre la negociación de las 35 horas lanzando un pullazo a Herri Batasuna y, de paso, a LAB, sindicato que pertenece al autodenominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV). Huertas aseguró que EH es "una pieza" fundamental para que prospere en el Parlamento vasco la iniciativa socialista sobre las 35 horas. La Cámara autónoma rechazó, con los votos contrarios de EH, una propuesta para el reparto de trabajo. El día de la votación, Rafa Díez, secretario general de LAB y parlamentario de EH, no asistió al pleno. "HB tendrá que ser coherente con lo que defiende fuera del Parlamento", destacaba Huertas en un comunicado en el que afirmaba que "la reducción de jornada es un deseo instalado en el conjunto de los trabajadores".

El dirigente socialista considera que Confebask y el Gobierno vasco no pueden seguir indiferentes ante una reivindicación que pretende una mejor redistribución del tiempo de trabajo. "Lamentamos que haya habido piquetes informativos actuando de forma intimidatoria con aquellos que no deseaban secundar la huelga", añadió Huertas.

Por otro lado, el fracaso de la huelga en Navarra ha llevado a los dirigentes sindicales de CCOO y UGT a plantear a ELA y LAB la necesidad de reflexionar sobre la unidad del movimiento obrero y sobre su "actitud hostil" hacia los sindicatos de ámbito estatal.

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