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La oposición prepara una huelga general como parte de la movilización para echar a Milosevic

Uno de los líderes más populares de la Alianza por el Cambio en Serbia, el ex alcalde de Belgrado Zoran Djindjic, explicó en la noche del martes con claridad la estrategia para derribar al presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic: "La gente se echa a la calle; después toda Serbia se encuentra en estado de desobediencia civil, en una huelga general. Finalmente, él [Milosevic] se va". Por esa razón, la oposición está organizando manifestaciones a lo largo de toda Serbia y recoge firmas para pedir la dimisión de Milosevic sin esperar a la convocatoria de unas elecciones. De momento, la policía insiste en que no va a reprimir a los opositores.

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Vladan Batic, presidente de la Alianza por el Cambio, organización que agrupa a pequeños partidos de la oposición serbia, insistió ayer en que, en la práctica, la huelga general es un hecho entre "trabajadores insatisfechos y granjeros", que sólo esperan un último empujón para lanzarse a las calles. Según Batic, la Alianza no pretende hacer uso de la violencia, "sólo promociona una insubordinación civil y pacífica, y apoya toda iniciativa que tenga el mismo objetivo: cambios en Serbia". Batic y Djindjic -que regresó el domingo a Serbia desde el autoexilio- hablan sin reparo de su estrategia para echar a Milosevic del poder. En una entrevista que concedió ayer a la cadena estadounidense CNN, Djindjic se atrevió a dar plazos. "Al final de este mes, o principios de agosto, contamos con que la gente haya pasado de salir a la calle a participar en la huelga de manera activa. Lo cierto es que, hasta el momento, las convocatorias de la Alianza han sido respondidas por una minoría. Desde la semana pasada se registran concentraciones en Cacak, Novi Sad, Leskovac y Uzice (en esta ciudad, el martes por la noche se congregaron 5.000 serbios).

Ayer, en Nis, 240 kilómetros al sur de Belgrado, los activistas contra Milosevic desafiaron una prohibición policial y comenzaron a recoger firmas para solicitar su dimisión al frente del Gobierno yugoslavo. La oposición instaló 10 mesas de recogida en la que se podían leer pancartas con lemas como: "Hay muchas preguntas, pero sólo tenemos una respuesta: Slobodan Milosevic se debe ir". La policía visitó varias veces las mesas, pero no intervino, a pesar de que sólo autorizó la actividad si se realizaba dentro de las sedes de los partidos.

La oposición piensa que cada día aumentará el número de descontentos que, una vez vencido el miedo, salgan a la calle. Djindjic aseguraba ayer que eso va a ocurrir, ya que la población es consciente de que "Milosevic lleva 10 años involucrado en guerras que siempre acaban igual: con los serbios huyendo en tractores". Por eso no hay tiempo. Por esa razón, Djindjic cree que el presidente yugoslavo debe marcharse "sin elecciones", porque "sólo cuando él [Milosevic] no esté en el poder habrá futuro para Serbia".

Ayer, Dragoljub Micunovic, diputado en el Parlamento yugoslavo y fundador del Partido Democrático que ahora lidera Zoran Djindjic, insistió en la necesidad de "un Gobierno de transición para evitar los desórdenes y los métodos no democráticos".

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Hasta el momento, no se han registrado choques de la policía con los manifestantes. Pero hoy se produce una prueba de fuego. El Partido Socialista de Milosevic ha convocado una contramanifestación en Kursumlije, cerca de Kosovo, donde la Alianza también tiene previsto un acto de protesta.

"Es una provocación y un intento de que la gente no vaya a nuestra manifestación", dijo ayer Batic. En Kursumlije, hace dos semanas, la población recibió con abucheos a Milan Milutinovic, el presidente de Serbia y fiel colaborador de Slobodan Milosevic.

El principal problema al que se enfrenta la oposición a Milosevic es la falta de unión. Si en 1996 marchaban juntos por el centro de Belgrado Djindjic y Vuk Draskovic -presidente del Movimiento Serbio de Renovación (SPO) y destituido por Milosevic como vicepresidente de Yugoslavia-, hoy este último se ha desmarcado de la Alianza por el Cambio.

El papel de Draskovic

El hecho de no contar con el apoyo de Draskovic limita su capacidad de convocatoria. Además, la capacidad política de Draskovic es mayor que la de Djindjic, ya que el primero tiene 45 de los 250 escaños del Parlamento serbio, y el segundo no tiene presencia. Además, ayer el SPO de Draskovic anunció que encabezará las protestas contra el régimen en Leskovac, una de las plazas de los socialistas de Milosevic. La decisión del SPO se tomó tras constatar el fracaso de las negociaciones con el Gobierno, en las que Draskovic se comprometía a apoyar al Ejecutivo a condición de que la jefatura de éste pasara a manos de dirigentes montenegrinos. A su favor, la Alianza tiene el apoyo de la Iglesia ortodoxa serbia, cuyos representantes han participado en algunas de las concentraciones opositoras.

[Un incendio de importantes dimensiones estaba destruyendo anoche parte del casco antiguo de la ciudad kosovar de Prizren. Según testigos presenciales, las llamas fueron provocadas, inicialmente, en dos viviendas y después se extendieron con rapidez a otra decena. Los soldados alemanes de la Kfor ayudaban a los habitantes a rescatar sus pertenencias de las casas que, en la mayoría de los casos, están vacías, informa France Presse.]

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