Dos órganos y tres pacientes
El hospital Paul Brousse de Villejuif, en París (Francia), ofreció ayer un excelente ejemplo de la versatilidad del hígado y las posibilidades de trasplante que ofrece este órgano. El equipo médico realizó tres trasplantes de forma simultánea en una operación que duró 18 horas.Uno de los pacientes sufría una enfermedad genética que ataca el hígado, pero este órgano puede recuperar perfectamente su función en una persona que no sufra esta dolencia. El equipo médico implantó un hígado de un donante fallecido al paciente aquejado de la dolencia genética y el hígado extraído a éste fue dividido en dos partes, cada una de las cuales fue implantada a otro paciente. Así pues, con un sólo donante se pudo operar y salvar la vida a tres pacientes.
El hígado es un órgano que se regenera rápidamente. También en el caso de una persona viva que haya donado uno de sus dos lóbulos. "A los dos meses de la operación, el hígado del donante recupera su tamaño habitual y éste puede llevar una vida normal", explicó ayer el especialista japonés Koichi Tanaka. "Como toda operación, tiene un riesgo, pero es mínimo comparado con el beneficio que comporta", indica Vicente Arroyo, del Hospital Clínico de Barcelona. Pueden presentarse algunas complicaciones biliares pero, según Arroyo, son controlables.
Las dificultades pueden aparecer en otro orden: el psicológico. Como ocurre en el trasplante de riñón, la mayor parte de los donantes son parientes emocionalmente relacionados con el receptor. En estos casos es preciso garantizar que el donante toma la decisión con total libertad y no forzado por alguna suerte de chantaje emocional.
Para evitar posibles abusos, la normativa vigente establece en España que en este tipo de donación debe intervenir un médico que no pertenezca al equipo de trasplantes y que el consentimiento del donante sea sancionado ante un juez.
