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La multinacional Monsanto renuncia a comercializar semillas transgénicas "Terminator"

Las cultivos con esta técnica no permiten la replantación para posteriores cosechas

La multinacional Monsanto, uno de los grandes imperios dedicado a la investigación de la tecnología genética aplicada a la agricultura, ha prometido que no comercializará ni experimentará con semillas alteradas para hacerlas estériles. Conocidas con el apodo de Terminator, estas semillas son manipuladas para que las plantas nunca produzcan otras semillas fértiles, lo que obliga a los agricultores a comprarlas y replantarlas cada temporada. La creación de estas semillas planteaba serias dudas éticas, medioambientales y sanitarias. Las Terminator combinan varias alteraciones genéticas para que las plantas y los frutos sean resistentes a los herbicidas y a los insectos.

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Sus creadores consiguieron también desarrollar una manipulación genética que al mismo tiempo introducía en la semilla una especie de fecha de caducidad: las plantas que nacían eran sumamente resistentes, pero a cambio no producían semillas que permitieran a los agricultores ahorrarse el precio de replantar toda la cosecha.De esta forma, los agricultores tendrían que escoger entre semillas tradicionales no alteradas, es decir, expuestas a plagas y a componentes químicos, o semillas Terminator de plantas y fruto garantizados, pero estériles para la siguiente cosecha. Esta segunda opción obligaría a los cultivadores a tener que comprar semillas cada temporada, lo que engordaría sin límites las cuentas de los fabricantes multinacionales.

A la dudosa ética de esta creación transgénica se sumaban las reticencias de los grupos de defensa del medioambiente. Por un lado, si se extendiera el uso de esas semillas los países más pobres tendrían dificultades para invertir dinero cada año en su compra. Por otro, no existen, según los críticos, estudios que expliquen cuáles son los potenciales efectos a largo plazo de los cultivos biotecnológicos destinados al consumo humano. Se ha planteado incluso la posibilidad de que el polen de cultivos plantados con semillas Terminator pudiera esterilizar cultivos colindantes.

Ahora, la compañía Monsanto promete no comercializar estas semillas y limitar su empleo estrictamente a la investigación científica. El presidente de esta compañía, Robert Shapiro, ha dado estas garantías en una carta enviada al máximo responsable de la Fundación Rockefeller, Gordon Conway, uno de los más conocidos defensores del empleo de semillas transgénicas para luchar contra el hambre en el mundo, aunque abiertamente opuesto a la manipulación para hacerlas estériles.

En la carta, Shapiro asegura que su compañía "hace público su compromiso de no comercializar tecnologías de esterilización de semillas, como la llamada Terminator".

Proceso de fusión

Monsanto no posee todavía la tecnología necesaria para la fabricación de las semillas estériles, pero lo lograría en cuanto las autoridades reguladoras le autoricen la compra de la empresa Delta & Pine Land. Esta compañía, el mayor fabricante mundial de semillas de algodón, descubrió la posibilidad de esterilizar las semillas cuando trabajaba en una investigación conjunta con el Departamento de Agricultura de EE UU. Delta & Pine Land patentó las semillas Terminator dos meses antes de ser absorbida por Monsanto en un proceso de fusión que todavía está pendiente de la autorización gubernamental.La decisión de Monsanto llega tres meses después de que el Gobierno estadounidense se mostrase dispuesto por primera vez a incorporar ciertas regulaciones para calmar el temor de los consumidores ante los efectos de los alimentos alterados genéticamente. El Departamento de Agricultura prometió que pronto exigirá el visto bueno de un organismo científico independiente antes de aprobar nuevas variedades de cultivos. También se crearán centros de investigación para profundizar en los posibles efectos a largo plazo de los productos genéticamente modificados.

Los cultivadores norteamericanos producen cada vez más cosechas de productos transgénicos que, según sus defensores, necesitan menos agua para crecer y proporcionan mayores valores nutritivos para el consumidor. Los cultivos de transgénicos ocupan en Estados Unidos una superficie similar a la del Reino Unido.

Por otro lado, un portavoz Novartis, otra de las grandes firmas de biotecnología, señaló ayer que la multinacional suiza rechaza la técnica de los genes Terminator en la fabricación de sus semillas para plantas dedicadas a la alimentación. Novartis no descarta, sin embargo, utilizar semillas Terminator para desarrollar otro tipo de plantas, como las medicinales.

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