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El presidente de Aragón se entrevistará con Jospin en enero

"No es momento de buscar financiación para el proyecto, sino de ponerse a trabajar de forma común para que Europa entienda que debe incluir esta diagonal, que favorece el desarrollo de las regiones del interior", afirma el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, quien ha iniciado desde el pasado mes de octubre un periplo de visitas a las regiones vecinas para lograr que Aragón y Zaragoza hagan valer su posición estratégica en el paso de viajeros y mercancías hacia Europa.Iglesias reconoce que lo primordial es conseguir la voluntad de los dos Gobiernos. De hecho, espera reunirse con el primer ministro francés, Lionel Jospin, el próximo mes, para conseguir su apoyo a las tesis de quienes defienden el paso central de los Pirineos. Esta alternativa se ha potenciado desde la Conferencia de los Pirineos, que será presidida por Aragón dentro de dos años.

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También la apoya el ministro de Agricultura y Pesca francés, Jean Glavany, que acudió al encuentro de Toulouse del pasado 3 de diciembre como consejero del cantón de Maoubourguet y diputado electo de la región Altos Pirineos. "Lucharé por la inclusión de ese paso [ferroviario central] para que mi Gobierno la apoye. Mientras nos lamentamos por la saturación y la asfixia que sufren los dos extremos del Pirineo, esa saturación también repercute en el medio ambiente. No veo por qué no podemos plantearnos un paso por el centro cuando ya hay un paso por los Alpes".

Un billón de pesetas

El paso se llama Vignemale y aunque quedan por dar muchos pasos se ha decidido que transcurra por cotas bajas mediante un túnel de 40 kilómetros de longitud. El plazo de ejecución se perfila para dentro de 20 años, con un presupuesto de 6.000 millones de euros (alrededor de un billón de pesetas).

Las palabras del ministro Glavany refrendaron el compromiso suscrito por Aragón, Extremadura, el Alentejo y las regiones francesas de Aquitania, Limousin y Mody Pyrénées en Toulouse. Los representantes de esas regiones y Marcelino Iglesias han decidido constituir un grupo de presión que ha comenzado a caminar con un documento que pide a las autoridades españolas, francesas y portuguesas la inscripción de esta ruta en la revisión de las redes transeuropeas, consagrada al transporte de mercancías y compatible con el de los viajeros.

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Los firmantes piden que la decisión se adopte rápidamente "para mejorar la interoperabilidad de los sistemas ferroviarios entre la península Ibérica y el resto de Europa, semejante a la que ya existe entre Lyón y Turín".

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