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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Gigant-e

America Online (AOL) y Time-Warner alumbraron ayer con su fusión una empresa cuyo valor bursátil asciende a unos 44 billones de pesetas, la mitad del PIB español. Este emparejamiento entre el primer proveedor de acceso a Internet del mundo, con 20 millones de abonados, y el mayor grupo mediático del planeta, Time-Warner, crea algo más que una enormidad empresarial. Se trata del nacimiento de una megacriatura estadounidense que lo integra casi todo, contenido y comunicación, y que, de superar las dudas que suscita a las autoridades antimonopolio en su país de origen, tendrá un impacto económico y cultural de una magnitud sin precedentes. Es un movimiento sísmico que repercute en el mundo entero.El nuevo gigante permite integrar contenido, comunicaciones, edición, publicidad y comercio de todo tipo, pues a este grupo se suman acuerdos de cooperación, por ejemplo, con la General Motors. La mayor fusión anunciada en la historia se produce entre dos grupos desigualmente valorados. America Online prácticamente dobla en valor bursátil a Time-Warner, pese a que este último grupo tenga estudios de cine, sea el primer operador de cable de Nueva York, posea la CNN y otros medios. Pero el contenido se valora menos que las expectativas que crea esa revolución que está sólo en su infancia: Internet. El fenómeno de la red ha actuado como catalizador de muchas operaciones, siendo la última y más importante la anunciada ayer, que desborda el propio fenómeno de Internet

Más información
AOL y Time Warner protagonizan la mayor fusión empresarial de la historia

El alumbramiento de criaturas empresariales de un tamaño desconocido hasta ahora también debe llevar a redefinir las medidas de control sobre este tipo de empresas, el concepto de la competencia y de los derechos de los consumidores, el papel de la política frente a estos gigantes, y todo ello no ya desde una óptica nacional o provinciana, sino con un enfoque auténticamente global.

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Ante este gigantismo en el mundo de la comunicación en EE UU, los europeos quedan como auténticos enanos. La primera empresa europea en este campo, la alemana Bertelsmann, asociada con AOL en Europa, representa una sexta parte del nuevo conglomerado nacido ayer. Europa, atrasada en este campo, debe desarrollar una cultura de cooperación que vaya mucho más allá de la llegada de Internet a todas las escuelas, y que no sea proteccionista, sino creativa e innovadora. Sólo así podrá responder a este nuevo desafío americano.

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