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La buena marcha de la economía mundial llena las arcas del FMI

Enric González

Stanley Fischer, economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), reconoció ayer que desde hacía mucho tiempo no se vivía una situación comparable en la entidad, una organización cuyos recursos rondan los 220.000 millones de dólares, más de 41 billones de pesetas. La inusual prosperidad del Fondo puede endurecer las protestas previstas contra la asamblea que celebrará en Praga la semana próxima.

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"La situación financiera del Fondo es mucho mejor que hace dos años, e incluso que hace cuatro meses. Somos un prestamista en tiempo de crisis", explicó Fischer, "y cuando las crisis terminan, el dinero vuelve rápido". El FMI fue creado tras la Segunda Guerra Mundial, dentro de los acuerdos de Bretton Woods, con la misión de garantizar la estabilidad monetaria internacional y auxiliar a los países en dificultades para hacer frente a sus pagos exteriores.Los préstamos del FMI, que alcanzaban los 30.000 millones de dólares en 1998, se han reducido actualmente a sólo 8.300 millones, según el balance anual (con cierre el 30 de abril) presentado ayer en Washington. Entre abril y este mes, se han concedido apenas 1.600 millones en nuevos créditos. La liquidez del Fondo, calculada según un ratio específico (la relación entre el dinero disponible y el máximo prestable a corto plazo) es del 178%. En 1998, en plena crisis de los países asiáticos, el ratio era del 30%. El vuelco en la situación se explica, sobre todo, por la rapidez con que países como México o Corea del Sur han devuelto las ayudas recibidas. Corea del Sur fue el mayor beneficiario, entre 1997 y 1999, con un total de créditos concedidos que rebasaba los 21.000 millones de dólares.

El informe anual del Fondo señala que la situación económica y financiera mundial mejoró mucho en 1999 y a principios de este año. Según el texto, la economía del mundo ha resistido mejor de lo previsto por el FMI a las crisis financieras que se originaron en los años 1997 y 1998. El FMI se financia con las aportaciones, en forma de cuotas proporcionales, de 182 países.

Su extraordinaria situación de liquidez hizo que se planteara ayer, durante una rueda de prensa, la posibilidad de que parte del dinero se devolviera a los Estados miembros. Fischer rechazó de plano esa opción: "Uno no devuelve el paraguas", dijo, "cuando deja de llover". El economista añadió que, por grande que fuera la tesorería del Fondo, seguía siendo muy inferior a la necesaria para influir en los mercados monetarios internacionales.

La asamblea anual del FMI se reunirá la semana próxima en Praga. Y se esperan manifestaciones similares a las registradas en Washington, durante la reunión de primavera. El Fondo es, junto con la Organización Mundial de Comercio (OMC), el objetivo principal de las organizaciones contra la globalización económica. "Estamos preocupados por los problemas que pueden plantearse en Praga", admitió Graham Hacche, subdirector de relaciones externas del FMI.

Malas interpretaciones

Hacche añadió que la bonanza que atraviesa el Fondo, en comparación con la situación de los países más pobres del planeta, podía ser malinterpretada por los manifestantes.El propio Fondo reconoce en el informe que la mundialización se percibe muchas veces de forma negativa y que la presión económica y social que ejerce "se evidencia en manifestaciones públicas contra el FMI y el Banco Mundial".

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