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Powell anuncia un cambio en la política hacia Irak tras el fracaso del sistema de sanciones

Durante su gira de tres días por Oriente Próximo, Powell ha logrado el apoyo de los países árabes a su plan para modificar las sanciones impuestas a Irak tras su invasión de Kuwait, en agosto de 1990, informaba ayer The New York Times. La propuesta, que reconoció que aún no ha sido adoptada por la Administración Bush, contempla suavizar la entrada de material civil y reforzar el control de importaciones estratégicas.

'El mensaje que he oído de forma consistente es que insistir en las sanciones [a Sadam Husein] son un instrumento que está utilizando contra nosotros, y, además, no le está debilitando', manifestó el secretario de Estado a los periodistas en el avión que le llevaba a Bruselas desde Damasco. El objetivo último, explicó, es que el presidente iraquí no pueda dotarse de armas de destrucción masiva.

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Powell se reunió en Bruselas en el transcurso del Consejo Atlántico con el ministro francés de Exteriores, Hubert Védrine. Éste lo hizo antes con su colega británico, Robin Cook. En principio estaba prevista una reunión tripartita. El objetivo era convencer a Francia de la política de la Administración Bush 10 años después de la guerra del Golfo. El Gobierno francés ha sido el que más ha censurado los últimos bombardeos.

Powell logró calmar algo la irritación francesa a juzgar por las palabras de Védrine, quien juzga interesante cualquier tipo de modificación de las sanciones. 'De entrada, porque es impropio hablar de sanciones en la situación actual y, además, se ha demostrado que no funcionan', sentenció el ministro. El secretario de Estado habló también de modular el castigo durante la reunión que ayer tarde tuvo con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.

La Comisión sigue siendo el principal donante de ayuda humanitaria a Irak desde el final de la guerra del Golfo: un total de 259 millones de euros en 10 años. La Agencia de Ayuda Humanitaria de la UE (ECHO) tiene previsto mantener la asistencia a razón de entre ocho y diez millones de euros anuales como complemento del programa Petróleo por Alimentos.

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Francia cree que sería mucho más positivo establecer un control de vigilancia internacional en el marco de la ONU para impedir la fabricación de armas de destrucción masiva por parte iraquí y frenar cualquier tipo de amenaza del régimen de Sadam Husein a los países vecinos.

Védrine no especificó ayer demasiado en qué consistiría este mecanismo ni tampoco si los inspectores de la ONU deberían regresar inmediatamente a Bagdad. 'En cualquier caso, una política de vigilancia no pasa por el embargo', señaló el ministro en conferencia de prensa tras entrevistarse por separado con Powell y Cook.

El secretario de Estado, quien ha reconocido que Washington debería haber consultado más a los aliados antes de la acción militar emprendida contra Irak, recibió en Bruselas más comprensión de los países de la OTAN, incluidos Francia y Turquía.

París estima positivo que la Administración Bush haya decidido ahora abrir un periodo de consultas con las demás naciones antes de adoptar medidas. 'Esas consultas han comenzado aquí y eso es una buena cosa', dijo Védrine.

Entre las 'medidas inteligentes' que sugiere EE UU destaca la reforma del programa Petróleo por Alimentos, que ha fracasado de manera estrepitosa, y poner fin al embargo de petróleo, medida, por otra parte, muy bien entendida y aceptada por los países occidentales. Expertos árabes cifran en más de mil millones de dólares (unos 180.000 millones de pesetas) anuales lo que el régimen de Sadam Husein se embolsa haciendo contrabando de crudo.

[De momento, Powell ha logrado el compromiso de Siria para poner su oleoducto con Irak bajo control de la ONU, y EE UU va a enviar un emisario a Ankara para intentar que Turquía siga el mismo ejemplo, según informa France Presse].

La iniciativa diplomática estadounidense llega mientras en Naciones Unidas el secretario general, Kofi Annan, discute con el ministro de Exteriores iraquí la oportunidad de acabar con las sanciones contra Bagdad.

Collin Powell, George Robinson y Javier Solana, ayer en la sede de la OTAN en Bruselas.
Collin Powell, George Robinson y Javier Solana, ayer en la sede de la OTAN en Bruselas.

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