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Reportaje:

Beni Duala, el corazón de la revuelta bereber argelina

Los habitantes de la aldea donde estalló la violencia en la Cabilia cercan con barricadas el cuartel de la gendarmería

La aldea de Beni Duala es el símbolo de la revuelta bereber, que comenzó allí el pasado 18 de abril tras la muerte del joven estudiante Massinisa Germuh. Y desde entonces continúa en estado de insurrección permanente. La población muestra todavía las señales de devastación de los violentos enfrentamientos. Ni el menor poste de alumbrado sigue en pie. Hay numerosas barricadas y edificios ennegrecidos por el fuego.

La aldea es inaccesible por carretera, a pesar de hallarse muy cerca de Tizi Uzu (a un centenar de kilómetros al este de Argel). En todas sus entradas se han cruzado árboles y tendido barreras, detrás de las cuales hay piquetes de manifestantes que se niegan en redondo a permitir el acceso a los vehículos. Quieren aislar por completo el edificio de la gendarmería, un bloque rectangular situado en el centro del casco urbano, en cuyo interior permanecen sin poder salir varias decenas de gendarmes y sus familias.

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'No vamos a quitar las barricadas, porque así impedimos que entren los refuerzos que pretendan enviar para auxiliar a los gendarmes, a los que retendremos todo el tiempo que podamos', afirma uno de los jóvenes, a cuyo pie se observa una colección de botellas de cerveza convertidas en cócteles molótov.

Hay que dejar el automóvil a la entrada del pueblo y marchar a pie salvando una media docena de barricadas ocupadas por manifestantes en mangas de camisa que tratan de protegerse como pueden del sol abrasador que se abate sobre la Cabilia.

La familia del estudiante, cuya muerte en el cuartel de la gendarmería desató la revuelta, asegura que es falso que éste falleciera por accidente, como indica la versión oficial de los hechos. 'Le mataron disparándole a propósito una ráfaga de kaláshnikov. Su cuerpo estaba acribillado y el único consuelo que nos queda es suponer que murió al instante', asegura uno de los familiares. La gendarmería afirma, por su parte, que el estudiante murió cuando a un agente se le cayó al suelo el fusil, que no tenía puesto el seguro, y se disparó una ráfaga que le alcanzó en el vientre al muchacho e hirió a otro gendarme.

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La revuelta también tiene como referencia la frustración que viven los jóvenes de esta población, cuya única posibilidad de trabajo es trabajar penosamente en el campo o dedicarse al trabendo, el término de origen español que define al contrabando de baratijas importadas. 'Aquí sólo había una pequeña fabrica de ladrillos y se cerró por falta de negocio. No tenemos trabajo, estamos hartos de malvivir y no nos importa morir por la Cabilia', gritan otros vecinos.

Varios grupos de ancianos que descansan a la sombra masticando tabaco les dan la razón a quienes protestan cuando afirman: 'Antes se vivía mejor, ya que al menos los malditos gendarmes nos respetaban'. El odio a las fuerzas de gendarmería sigue presente en las conversaciones, en las que se les acusa de todos los males: mafia, corrupción y violencia desmedida.

Antes de que ocurriera la revuelta, Beni Duala era el lugar obligado de paso para quienes visitan la aldea de Traurit Mussa, donde reposan los restos del popular cantautor bereber Lunes Matub, asesinado por un supuesto comando integrista el 25 de junio de 1998.

Matub sigue siendo aún un símbolo de una Cabilia rebelde que, sin pretender el separatismo, combate con todas las armas a su alcance en defensa de su personalidad, su lengua y cultura. En la curva de la carretera donde el cantante cayó asesinado se ha colocado una placa de mármol para perpetuar el recuerdo del trovador de la Cabilia.

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