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Reportaje:

De las promesas a la realidad

El nuevo presidente de Perú afronta el urgente reto de la restauración política y económica

El gran reto para el nuevo presidente de Perú, Alejandro Toledo, será consolidar la democracia y luchar eficazmente contra la pobreza. Aunque para ello no contará con el periodo de gracia con que cuentan todos los Gobiernos democráticos, pues la luna de miel ya le ha correspondido al Gobierno de transición liderado por Valentín Paniagua.

La mayoría de analistas coincide en pronosticar que los sectores olvidados durante la década pasada saldrán a las calles para exigir que las promesas de la campaña electoral se cumplan sin mayores retrasos.

Toledo es consciente de ello y por eso rompió el protocolo de la tradicional ceremonia de saludo en el Palacio de Gobierno del sábado por la noche y se reunió con miles de manifestantes que lo esperaban en la plaza de San Marín. Visiblemente agotado por la larga jornada de asunción de mando, Toledo inició su discurso diciendo al pueblo: "He venido a compartir la banda presidencial contigo, te pertenece". Luego, se comprometió, como en su discurso ante del Congreso, a luchar contra la pobreza, a generar empleo y gobernar para los más pobres.

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"Trabajaré intensamente minuto a minuto en los próximos años donde la razón central de mi Gobierno será la lucha frontal contra la pobreza en Perú. No hemos llegado al poder para olvidarnos de los pobres del país", dijo el flamante nuevo presidente. "Tenemos que demostrarle al Perú y al mundo que los pobres pueden empuñar en sus manos su destino. Los niños, los jóvenes, las mujeres y los jubilados serán los primeros", sentenció Toledo.

Otro de los puntos fundamentales de la agenda del próximo Gobierno será el fortalecimiento institucional. Para ello, el líder de Perú Posible deberá erradicar lo que queda de la estructura mafiosa que gobernó el país durante los últimos años, haciendo caso omiso a las voces que, eventualmente, pedirán "mirar hacia adelante y deponer las pasiones en favor de la unidad y reconciliación".

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Por su parte, el congresista Javier Diez Canseco ha calificado como un grave error que en el discurso de Toledo ante el Congreso faltara una clara exigencia para que el Gobierno de Japón entregue al ex presidente Alberto Fujimori a la justicia peruana. El ex presidente se fugó del país en noviembre pasado y renunció a la presidencia vía fax. Después, adquirió la nacionalidad japonesa y la protección de dicha nación. Fujimori tiene una enorme deuda con la justicia peruana.

Para los más críticos, en su discurso Toledo no dio el salto obligado para convertirse en un verdadero estadista, sino que se quedó en la campaña electoral, ya que el suyo fue un mensaje plagado de buenos deseos, pero carente de precisiones. Toledo anunció que terminará con la pobreza y generará 400.000 empleos en los próximos dos años, pero no explicó cómo.

Gasto en educación

Tampoco ha detallado cómo logrará financiar el incremento en el presupuesto en educación del 14% al 30% del presupuesto nacional, ni cómo logrará que los turistas, al final de su Gobierno, pasen de 600.000 a 3 millones.

Toledo invitó a todos los peruanos a unirse a su Gobierno para lograr el verdadero cambio que el país demanda. "Mas allá de nuestras diferencias ideológicas, los invito a que juntos construyamos el cambio con todas las sangres".

Su convocatoria parece no haber tenido eco en el principal partido opositor. A la ceremonia de saludo al nuevo presidente del sábado por la noche, no asistieron representantes del partido aprista peruano, liderado por el ex presidente Alan García, con quien Toledo disputó la segunda vuelta electoral. Es una difícil situación para el nuevo Gobierno, que necesitaría los votos apristas en el Congreso para obtener la mayoría que asegure la gobernabilidad.

[El presidente Toledo anunció ayer que su Gobierno oficializará la enseñanza en las escuelas del quechua, el segundo idioma más hablado del país, como parte de una política que busca reivindicar las raíces del Perú, informa Efe. En un discurso pronunciado en las ruinas Incas de Sacsayhuamán, en las afueras de la ciudad andina de Cuzco, el presidente peruano indicó que el quechua será una opción idiomática para los que quieran estudiarlo, como actualmente lo son el inglés y el francés.]

El presidente peruano, Alejandro Toledo, en la ciudad de Machu Picchu.
El presidente peruano, Alejandro Toledo, en la ciudad de Machu Picchu.REUTERS

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