Una operación deplorable y absurda, según expertos en arte
Destacadas personalidades del mundo del arte han expresado su sorpresa e indignación por el robo de cuadros en el domicilio de Esther Koplowitz. El director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Ramón González de Amezúa, considera que las obras son invendibles y 'sólo un coleccionista loco o un delincuente por encargo puede haberlos sustraído'. La directora de ARCO, Rosina Gómez Baeza, también opina que 'el mercado nunca aceptará estas obras' ya que proceden de un robo 'deplorable' y 'absurdo'.
A su vez el conservador jefe de pintura flamenca y holandesa del Museo del Prado, Matías Díaz Padrón, ha puesto el acento en la facilidad con que actuaron los delincuentes. Calificó de 'burdo' el sistema de seguridad contratado para un domicilio con obras de 'esta naturaleza'. 'Que esto sirva de lección', declaró a Efe.
Para Díaz Padrón, las hermanas Koplowitz son 'coleccionistas exquisitas', a juzgar por las obras que fueron sustraídas. Según este especialista, las empresarias se habían hecho 'con una colección de obras extremadamente importantes, todas conocidas y magníficas, que no responden a un gusto determinado por épocas o por estilos, por lo que se ve que no han sido compradas como una inversión, sino como algo entrañable que responde a sus gustos y a su vida'.
Díaz Padrón lamentó lo ocurrido diciendo que las piezas robadas 'son obras que pertenecen ya a un patrimonio' y 'son dignas de cualquier gran museo del mundo', aunque no las dio totalmente por perdidas y confió en que algunas de ellas 'aparezcan en cualquier momento y sirvan de hilo para localizar las demás'. Comentó que 'robar pintura, que no se puede destruir, es una temeridad para los propios ladrones'.
