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Bush impide a Powell acudir a la conferencia sobre racismo en Durban

Enric González

Colin Powell, el primer secretario de Estado de raza negra en la historia de Estados Unidos, no acudirá a la conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre racismo. Lo más probable es que una delegación técnica de escaso nivel político represente a Washington en la reunión, que comenzará el próximo viernes en Durban (Suráfrica), aunque nada estará seguro hasta última hora porque la cumbre sobre racismo parece haber suscitado el enésimo problema entre Powell, teórico jefe de la diplomacia estadounidense, y la Casa Blanca.

Powell quería viajar a su Suráfrica. Rechazó desde el principio las aspiraciones árabes de que se acuse a Israel de racismo por su conflicto con los palestinos y consideraba que Washington debía oponerse con todo su peso a la propia agenda de la reunión, pero consideraba que su presencia personal tendría un alto valor simbólico. La semana pasada, varios altos cargos del Departamento de Estado convocaron a los representantes de las organizaciones judías en Estados Unidos para informarles de que enviarían una delegación 'importante' a Durban, y que el propio Powell seguía sopesando la posibilidad de encabezarla.

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El viernes, sin embargo, George Bush realizó unas declaraciones durísimas sobre la conferencia de Durban y el Departamento de Estado perdió todo margen de maniobra. 'No tendremos representantes [en Durban] mientras sigan cargando contra Israel y mientras sigan diciendo que el sionismo es racismo', afirmó el presidente desde su rancho de Crawford (Tejas).

Malestar

Inmediatamente, el Departamento de Estado negó que existieran diferencias entre Bush y Powell. Pero durante todo el fin de semana hubo reuniones entre Powell y sus principales colaboradores, quienes se encargaron de filtrar a la prensa su malestar por el hecho de que el presidente no hubiera tenido en cuenta la opinión del Departamento de Estado antes de pronunciar unas palabras tan tajantes.

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Desde el inicio de su mandato, en enero, Bush parece haber concedido un papel preponderante en cuestiones de política exterior a su asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, por encima incluso del propio Powell. Rice orientó a Bush en el terreno internacional (en el que el propio presidente reconoce su ignorancia) durante la campaña electoral y mantiene con él relaciones de amistad.

'Hay demasiado lenguaje ofensivo en el documento sobre el que se basa la conferencia de Durban', explicó el domingo un portavoz del Departamento de Estado, 'y eso hace imposible la presencia de Powell'. La presión de Estados Unidos y la Unión Europea ha logrado ya, sin embargo, que se elimine del texto la afirmación de que el sionismo equivale a racismo (el sionismo es definido como el movimiento que defiende la existencia de Israel como Estado nacional judío) y que se desistiera de pedir a los países que fueron esclavistas una disculpa formal.

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