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Afganistán llama a la guerra santa

El régimen talibán amenaza a los países vecinos que ayuden a Estados Unidos

'Si algún país vecino facilita a Estados Unidos el paso por tierra o por su espacio aéreo para atacar nuestro territorio, nos conducirá a una guerra impuesta'. La advertencia del líder espiritual de los talibán, el jeque Mohamed Omar, se refiere, sin nombrarlo, a Pakistán, pero el embajador del régimen afgano en Islamabad se cuidó de hacer acusaciones directas durante la conferencia de prensa en la que leyó el comunicado.

'Nuestra amistad con Pakistán hace improbable esa posibilidad', se escabulló Abdul Salam Zaef cuando se le pidieron precisiones. 'Cada musulmán debe estar listo para la yihad (guerra santa)', dijo el jeque en la radio La Voz de la Sharia.

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Sin embargo, el texto en inglés entregado a los informadores no deja dudas. 'Si países vecinos o de la zona, en especial países islámicos, dan una respuesta positiva a la petición estadounidense para [que le faciliten] bases militares, desatará un peligro extraordinario', asegura, tras calificar el eventual ataque de 'agresión a la soberanía de un país independiente'.

'No es imposible que nos sintiéramos obligados a atacar dicho país, y los muyahidin tendrían que entrar en su territorio', amenaza más adelante el comunicado, que carga la responsabilidad de las graves consecuencias y la inestabilidad en la región sobre esos países.

Afganistán tiene una pequeña frontera con China en el noreste y está rodeado por Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán al norte, Irán al oeste y Pakistán, la más extensa, al este y al sur. Sólo Pakistán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) reconocen al régimen talibán, que controla en torno al 90% del territorio afgano, aunque tras la revelación de que algunos de los pilotos suicidas que atacaron EE UU eran emiratíes, la federación de los EAU anunció ayer que está reconsiderando su relación.

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El embajador de los talibán declaró que no había hablado con las autoridades paquistaníes sobre este asunto. 'No vemos ningún peligro para tener que hacerlo', dijo Zaef. Entonces, ¿por qué hacen el comunicado?, preguntaron los periodistas. 'Muchos países de la región constituyen un peligro', respondió. ¿Cuáles? 'No voy a mencionar a ninguno, pero deben considerar que las relaciones de vecindad son más importantes que las que se establecen con países lejanos', dijo con la misma opacidad.

Zaef también se negó a aclarar si el comunicado se refería a Tayikistán, país desgajado de la antigua URSS que ha venido prestando apoyo a la Alianza del Norte, la coalición de milicias que se enfrenta a los talibán por el control del país. En un hospital de la capital tayika, Dushambé, ha muerto en las pasadas horas el líder militar de ese grupo, Ahmed Sha Masud. La noticia, temida desde que el pasado domingo fuera objeto de un atentado, fue confirmada ayer por el presidente del Gobierno afgano reconocido internacionalmente, Barruhdin Rabbani.

La renovada ofensiva que la Alianza del Norte ha emprendido este verano con la ayuda que le ha deparado la creciente irritación internacional con los talibán (sobre todo a raíz de la destrucción de los Budas gigantes de Bamiyán), lleva a tachar de bravuconadas las amenazas del jeque Omar. 'No podrían librar una guerra en los dos frentes', aseguran diversos analistas. Sin embargo, los talibán tienen en la manga el as de sus simpatizantes dentro de Pakistán.

'Aún no les hemos pedido [que nos muestren su apoyo], pero por supuesto es una obligación religiosa de todos los musulmanes defender a un país musulmán si resulta atacado', reconoció Zaef en lo que se ha interpretado como un llamamiento.

El comunicado insiste en que Osama Bin Laden, el millonario saudí al que EE UU atribuye la responsabilidad última de los atentados, 'no tiene ni la capacidad ni los medios para entrenar pilotos y lanzar semejante ataque'. Zaef subrayó que los talibán han aislado a Bin Laden. 'Quiero repetir de nuevo que le hemos retirado todos los medios de comunicación y que nadie se ha reunido con él últimamente'. En cualquier caso, para los talibán, no habría diferencia entre una operación de castigo contra ellos o contra su huésped saudí. 'Sería una violación del territorio afgano'.

El embajador negó que los talibán hayan mantenido contacto alguno con funcionarios estadounidenses, tal como se desprendía de las declaraciones de Colin Powell. 'Hasta ahora no se han producido', afirmó Zaef. Claro que tampoco tenía noticias de que se hubiera pedido a los periodistas que abandonaran el país.

Y, sin embargo, Kabul seguía vaciándose ayer. La mayoría de sus habitantes con parientes en el campo han buscado refugio fuera de la capital afgana.

Un joven estudiante musulmán pega carteles llamando a la guerra santa en la localidad de Quetta, al suroeste de Afganistán.
Un joven estudiante musulmán pega carteles llamando a la guerra santa en la localidad de Quetta, al suroeste de Afganistán.AFP

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