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La asesina de Wanninkhof es condenada a 15 años y a pagar 18 millones a la familia de la víctima

La defensa recurrirá el fallo porque entiende que se vulneró la presunción de inocencia

Quince años y un día de cárcel y 18 millones de indemnización a la familia de la víctima. Esa es la pena impuesta a la condenada por el caso Wanninkhof, Dolores Vázquez, a quien el jurado en su veredicto encontró culpable de asesinato. Tal como se preveía, el magistrado que presidió el juicio optó por la mínima pena, ya que este delito está castigado con entre 15 y 20 años de prisión. Tampoco la indemnización fue alta, ya que frente a los 60 millones que solicitaba la acusación y los 50 que pedía el fiscal, la cantidad acordada por el juez supone una tercera parte.

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La defensa de Vázquez ya ha avanzado que recurrirá la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía porque entiende que al no haber pruebas concluyentes contra su patrocinada, se ha vulnerado la presunción de inocencia.

El fallo da por probados los hechos tal como los asumió el jurado, que a su vez hizo suyo el relato del fiscal. Así, la sentencia considera demostrado 'con arreglo al veredicto' que en la adolescencia surgió en Rocío Wanninkhof una animadversión hacia la acusada debido a los castigos que recibía de ella y a la relación sentimental que mantenía con su madre, 'odio que también acabó sintiendo Dolores hacia Rocío'.

El pronunciamiento -leído ayer poco después de las 14.30- señala que la noche del crimen ambas se encontraron muy cerca de la casa de la víctima cuando ésta se dirigía a su casa. Discutieron y Dolores golpeó a Rocío, provocándole una hemorragia, que llevó a la joven a sacar un pañuelo de papel para limpiarse la sangre. Dolores aprovechando la 'sorpresa e indefensión' de la víctima le asestó entonces una puñalada en el pecho. La joven, al verse herida de gravedad, intentó huir, pero cayó exhausta bocabajo. Entonces la acusada le dio otras ocho puñaladas por la espalda. Una vez que comprobó que era cadáver, buscó un vehículo 'no identificado' y trasladó el cuerpo a su domicilio, donde lo mantuvo algunos días. Después 'sola, o en unión de persona o personas no determinadas', llevó el cadáver a unos 30 kilómetros a un paraje de Marbella y lo depositó entre la maleza. Días antes de aparecer los restos de la joven, la acusada o alguien a su orden llevó varias bolsas de plástico con la ropa de Rocío para facilitar su localización.

El único punto en el que el tribunal popular se apartó de las tesis del ministerio público -que entendía que Vázquez cometió un homicidio y pedía 15 años- es en el de la alevosía. La acusación sostuvo en el juicio que la acusada 'aprovechó el factor sorpresa y la indefensión' de la víctima, por lo que calificó los hechos de asesinato y solicitó una pena de 20 años. El jurado asumió casi todo el relato del fiscal, aunque añadió esta circunstancia para concluir que se trataba de un asesinato y no de un homicidio.

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El magistrado que presidió el juicio, Fernando González Zubieta, respeta al pie de la letra en los fundamentos de derecho los argumentos en los que el tribunal popular basó su veredicto de culpabilidad. Para fundamentar la aplicación de la pena mínima, el magistrado alude a que sólo ha concurrido la circunstancia de alevosía 'como ha estimado probado el jurado', que la acusada carece de antecedentes penales y que dos de los nueve votos del tribunal popular fueron de inculpabilidad. El veredicto condenó a Vázquez por siete votos a dos. Estos se decantaron por la tesis de inocencia de la defensa, que pedía la absolución.

Sobre la indemnización, el juez decide condenar a Vázquez a 18 millones. González Zubieta sostiene que como 'la víctima no deja familiar a su cargo' esta cantidad es 'más ajustada a derecho y guarda prudente armonía con el criterio más generalmente aplicado por los órganos judiciales'. Rocío Wanninkhof desapareció cerca de su casa, en Mijas, el 9 de octubre de 1999. Un mes después su cadáver fue encontrado en Marbella. El miércoles pasado Vázquez fue condenada por el jurado por su asesinato.

El juez que presidió el juicio del <i>caso Wanninkhof,</i> momentos antes de leer la sentencia.
El juez que presidió el juicio del caso Wanninkhof, momentos antes de leer la sentencia.SERGIO CAMACHO

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