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Pakistán depura la cúpula militar y releva a los generales más proislamistas

Musharraf pide una solución a los conflictos de Palestina y Cachemira tras el fin de la guerra

Ángeles Espinosa

Todo está atado y bien atado en Pakistán. Al menos ésa es la imagen que quiso transmitir ayer el presidente Pervez Musharraf. La noche anterior había remodelado parte de la cúpula militar y reemplazado al jefe de los todopoderosos servicios secretos. Los nuevos nombramientos descabalgan a tres generales cercanos a los islamistas y a los que se considera responsables de la política protalibán que Islamabad acaba de abandonar. Musharraf pidió a la comunidad internacional que, tras la operación militar, afronte los problemas políticos que lo generan, en especial Palestina y Cachemira.

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Protagonistas:: Pervez Musharraf
Países limítrofes:: Pakistán

Poco antes de los ataques estadounidenses contra Afganistán, el general Musharraf, en su calidad de jefe del Estado Mayor, apartaba a dos generales del mando en tropa, nombraba un vicejefe del Estado Mayor y un nuevo presidente del comité de la Junta de Estado Mayor. Pero, sobre todo, reemplazaba al general Mahmood Ahmed, al frente de la agencia de Información Inter-Servicios, los todopoderosos servicios secretos. El general Ahmed, considerado uno de los principales defensores de los talibán dentro de la Administración paquistaní, no logró convencer a sus aliados afganos de que entregaran a Osama Bin Landen durante sus dos recientes visitas a Kandahar, la última de ellas acompañado de una delegación de ulemas. 'El relevo es una señal muy significativa de la seriedad del compromiso adquirido con EE UU para colaborar a derribar al régimen de los talibán', declaró Ahmed Rashid. 'Ahora los servicios secretos van a cooperar por completo con la CIA en la captura de Bin Laden', aseguró el reputado periodista paquistaní. Algunas fuentes aseguran que el Ejército va a mostrarse más duro con los partidos extremistas islámicos que traten de minar al Gobierno militar.

Tanto el general Ahmed como los otros dos generales apartados del mando (Mohamed Aziz y Muzaffaf Usmani) participaron muy activamente en el golpe de Estado que llevó al poder a Musharraf hará dos años el próximo viernes. Tal vez eso explique el que uno de ellos, Aziz, haya sido elevado al grado de general de cuatro estrellas y nombrado presidente del Comité de la Junta de Estado Mayor, un cargo eminentemente ceremonial. El general Ahmed, que oficialmente ha decidido retirarse, ha sido sustituido por el general Ehsanul Haq, hasta ahora responsable del Ejército en Peshawar, y al que los analistas políticos paquistaníes califican de 'moderado' y hasta ahora dirigía los servicios secretos militares.

'Los cambios forman parte de la actividad militar normal y no tienen relación con lo que está sucediendo', declaró Musharraf durante su comparecencia ante los informadores tratando de quitar importancia al asunto. 'Llevaba varios meses dándole vueltas. Tengo una sobrecarga de trabajo y pensé que estos cambios en la jerarquía militar eran esenciales', aseguró el presidente, sin terminar de convencer a muchos analistas y diplomáticos que hasta ahora le veían como un rehén de las posturas radicales de estos tres generales a los que debía su apoyo en el golpe de 1999. Musharraf, señalan esas fuentes, esperó para tomar la decisión a que la Junta de Jefes de Estado Mayor le confirmara a la cabeza de la misma el sábado por un periodo indeterminado.

Ayer, Musharraf telefoneó al primer ministro indio Atal Behari Vajpayee por primera vez desde la cumbre entre ambos países del pasado mes de julio para urgirle su ayuda a la lucha contra el terrorismo, según informó una fuente cercana al presidente paquistaní, informa Reuters. 'Tuvieron una conversación muy cordial y Musharraf le dijo que ambos países debían luchar juntos contra el terrorismo'.

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Respecto a los bombardeos sobre Afganistán, el presidente pidió a la comunidad internacional que una vez que concluya la campaña militar 'afronte las raíces del terrorismo y solucione los problemas políticos que lo generan', entre los que mencionó muy especialmente Palestina y Cachemira. 'Uno espera, y tengo compromisos en ese sentido, que esta operación sea corta, limitada en sus objetivos y sin daños colaterales', manifestó Musharraf en un intento por tranquilizar a sus conciudadanos.

El humo cubría ayer la ciudad de Quetta, en Pakistán, por el incendio de varios edificios provocado por manifestantes protalibán.
El humo cubría ayer la ciudad de Quetta, en Pakistán, por el incendio de varios edificios provocado por manifestantes protalibán.AP

La ONU suspende el envío de trigo

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció ayer la suspensión temporal de sus envíos de trigo a Afganistán debido a los bombardeos. ACNUR (la agencia de la ONU encargada de los refugiados) desconoce cuántos afganos pueden estar intentando cruzar las fronteras. 'Es muy poco lo que podemos decir de la situación dentro de Afganistán porque apenas hemos podido mantener contacto por radio', admitió la portavoz del Coordinador Humanitario para Afganistán, Stephanie Bunker. 'Oficialmente, todas las fronteras con Afganistán permanecen cerradas y nosotros no tenemos presencia en los pasos', reconoció Yusuf Hassan, de ACNUR. 'Hemos oído que hay un millar en el puesto de Chaman y otros pueden encontrarse a lo largo de la línea de demarcación, pero no podemos confirmarlo', añadió. En la madrugada de ayer, algunas horas después de la primera oleada de bombardeos, fuentes periodísticas en la localidad paquistaní de Chaman dieron cuenta de la llegada de centenares de vehículos procedentes de Kandahar. Pero ante la ausencia de comunicaciones, las agencias de Naciones Unidas no han podido ni confirmar las bajas civiles, ni el número de personas que se están desplazando. Aun así, 'cada día que pasa puede ser un día demasiado tarde para mucha gente', advirtió Bunker tras subrayar la necesidad de restablecer la línea de ayuda lo antes posible.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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