Miguel García, otro contestatario

Gil, Lopera, Caneda... La saga de los presidentes que han explotado al máximo la notoriedad que lleva aparejado su cargo tiene en Miguel García a su alumno aventajado. Si de algo puede presumir un presidente que calificó de 'cortijo' a la federación catalana, de 'cuatrero' al director del fútbol base del Espanyol, que acusó a Irureta de 'no tener cojones' por negarse a que el Depor jugara sobre césped artificial y ofreció como alternativa el impracticable terreno del equipo de rugby de Hospitalet, es de su temperamento y de su convencimiento de que todo vale para hacerse oír y respetar.

Las maneras de este albaceteño de 50 años afincado en L'Hospitalet han encontrado en la eliminatoria de Copa frente al Depor el mejor de los altavoces. Nada mejor que escenificar la lucha entre David, un club de Segunda B, frente a Goliat, el Superdepor, para obtener la disculpa e indulgencia general por sus polémicas declaraciones y la trascendente decisión que hizo efectiva ayer. Conocido ya por sus salidas de pata de banco, esta vez se ha hecho famoso en toda España a cuenta de la intransigencia del Depor y la sinrazón de una normativa, aprobada en su día por unanimidad, que ahora García considera 'propia de una república bananera'.

García, que tiene una posición económica desahogada, hace compatible la dirección de negocios inmobiliarios con una dedicación intensa a su cargo en el club en el que cumple su segundo mandato. Durante los últimos cuatro años ha prescindido de tres entrenadores: Moya y los ex jugadores del Barça Corominas y Pujol. Con García Escribano en el banquillo, el equipo ribereño ocupa la segunda posición de su grupo en Segunda B, por detrás del Barça B. En la polémica suscitada con el Deportivo, García ha sido respaldado como casi siempre por el alcalde de la ciudad, el socialista Celestino Corbacho. Con el apoyo del consistorio, García está llevando a cabo una original campaña de captación de socios bajo el lema Salud y Deporte, que se basa en regalar cuatro preservativos por la compra de cada entrada. Ya anteriormente había logrado un acuerdo con algunas gasolineras que ofrecían descuentos de hasta siete pesetas a los socios del club.

Cuando el rey Juan Carlos ofreció al Hospitalet una audiencia la pasada primavera con ocasión del 75 aniversario del club, García prometió al monarca repetirle visita en la final de Copa. 'Soñar es gratis', le dijo al Rey. Pero ha sido precisamente una decisión suya la que ha hecho imposible el sueño.