La batalla continúa
'Defendemos los intereses generales frente a los particulares. Ningún despacho de poderosos decide por todos', ha dicho en muchas ocasiones el presidente de Baleares, Francesc Antich, del PSOE, refiriéndose a la polémica de la ecotasa. Los hoteleros se consideran víctimas, acostumbrados en la época de la hegemonía del Partido Popular (1983-1999) a designar y vetar consejeros de Turismo.
Ahora, con la izquierda en el Gobierno autónomo, se sienten 'demonizados' y 'perseguidos' con la ecotasa. Su batalla seguirá abierta: 'Nuestros argumentos permanecen incólumes e incontestados', dijo la patronal, que cree que se cobrará esta tasa en 'el peor momento de la historia del turismo'.
Los hoteleros -muchos de los cuales han pasado en una sola generación de ser hijos de agricultores o inmigrantes ellos mismos a dirigir operaciones de grandes cadenas del turismo transnacional- se han juramentado contra la ecotasa y contra el Gobierno de la alianza arco iris progresista y nacionalista que preside el PSOE.
Los portavoces más rebeldes de la oposición patronal anticiparon que se acentuarán las malas relaciones existentes y se producirá la ruptura total del diálogo. En el primer año de Gobierno, Antich y su consejero de Turismo, Celestí Alomar, han vivido reuniones en la sede del Gobierno con dos grandes empresarios en las que se han visto sometidos a un acoso político cara a cara y a la descalificación personal.
Un miembro del Gobierno asegura que la estrategia de oposición de la patronal pretende el derribo y aniquilación del adversario.
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