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Los 'sucesores' alaban el 'gesto ejemplar'

Cinco candidatos a sustituir a Aznar valoran que su 'renuncia histórica' trasciende al PP

Javier Casqueiro

Los tres tenores del PP reaccionaron a la etapa de la sucesión que se abre tras la renuncia definitiva de José María Aznar conforme al patrón exacto de su carácter. El sentido y estilo de sus respuestas fueron el mejor retrato de sus virtudes políticas y personales para ocupar el puesto cuyo destinatario final no parece tener aún resuelto Aznar. Los candidatos 'lógicos' a la sucesión valoraron que el 'ejemplo de la retirada de Aznar en el esplendor de su poder conformará un patrimonio histórico que trascenderá al PP'.

El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, al que la mayoría de los dirigentes y compromisarios del PP sitúan en primera posición de salida en esa carrera sucesoria, se mostró raro y distante, aunque confiado en sus capacidades, tanto con los periodistas como con los compromisarios del partido que se atrevían a requerirle algo más que un apretón de manos o una foto para su historia doméstica. El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, salió al paso de todo lo que se le planteaba con su tradicional sorna gallega y sin aclarar nada. El ex ministro del Interior y líder vasco del PP, Jaime Mayor, construyó una reflexión seria y trascendente, sin despejar especulaciones sobre su futuro.

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Los interrogantes sobre quién será el sucesor de Aznar o al menos el aspirante favorito ahora se dispararon en cuanto el presidente descartó el sábado 'solemnemente' ante los 5.500 asistentes, entre compromisarios e invitados del XIV Congreso del PP, que no volverá a presentarse ni para presidir el Gobierno ni su partido. Muchos dirigentes del PP calificaron ese momento de 'histórico' y concluyeron por las alusiones, gestos y detalles de Aznar que el candidato de 2004 será uno de los tres vicesecretarios generales (Rato, Rajoy y Mayor), el secretario general, Javier Arenas, o el ministro de Justicia, Ángel Acebes. Ya no caben más cartas en esa jugada. Ni sorpresas extrañas. 'Será algo previsible y normal, lógico, como hace Aznar todas las cosas', coincidieron varios de los dirigentes adscritos al núcleo duro del Gobierno y el PP. Aunque Aznar dejó caer en su testamento que el futuro líder podría ser 'hombre o mujer', nadie en su entorno baraja esa hipótesis u otras alternativas extrañas. 'Ni la cúpula del PP ni las bases entenderían una salida de tono ante una cuestión tan importante', ratifican las mismas fuentes.

Los cinco aspirantes con más posibilidades, los dirigentes a los que Aznar destinó alguna palabra gratificante, salieron del atolladero de valorar la repercusión de ese mensaje recurriendo a sus peculiaridades más profundas.

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Rato, que el sábado pronunció ante los delegados un discurso sobre globalización económica que tuvo todo que ver con un programa de investidura, ayer no estaba por facilitar ninguna concesión. Se le acercaban muchos compromisarios para saludarle, felicitarle y obtener una instantánea familiar y accedía por oficio. Se le quiso preguntar por el sentido de las frases de Aznar y se negó a responder. Unos jóvenes de Nuevas Generaciones quisieron pedirle un consejo para su futura carrera política y se marchó destemplado, acompañado de su esposa.

Rato estaba empeñado hace menos de un daño en trasladar un mensaje sobre su desapego por la carrera de la sucesión y planificaba su vida profesional fuera de la política a medio plazo. ¿Qué es medio plazo? Respondía: 'El final de esta legislatura'. Luego estalló el escándalo financiero de Gescartera, se sintió tocado por el acoso de la oposición ante las derivaciones del caso hacia su faceta empresarial y pareció descartado.

Pero ha llegado la prueba de fuego de la concurrencia con los afiliados de base que acuden a las convenciones de los partidos y ha salido más que airoso.

El gallego Rajoy ofreció una lección magistral de su reconocido talante impermeable a los pocos minutos de que Aznar anunciase que 'no habrá otra vez'. Calificó Rajoy el discurso del presidente de 'muy, muy importante', se sintió indirectamente aludido por los retos a los que Aznar les emplazó, postergó cualquier respuesta particular sobre el asunto hasta el otoño de 2003 (cuando la Junta Directiva Nacional proclame al sucesor) y escenificó una pose de agobio ante cualquier otro tipo de derivaciones.

Mayor asumió la responsabilidad de analizar el comportamiento de Aznar desde una visión de estadista: 'Ha sido un discurso que constituirá un ejemplo para las generaciones de futuros políticos españoles, una aportación inédita, nunca vista hasta ahora en la historia de la democracia, que trasciende al PP, que ha resultado mucho más importante que cualquier nombre o ponencia, y que se convertirá en patrimonio de todos los españoles'. Mayor sí se sintió aludido: 'El ejemplo de Aznar nos exige a todos estar a la altura y un sentido de la responsabilidad. No nos ha apuntado con el dedo pero sí nos ha indicado una dirección, unos valores, un legado'.

Javier Arenas optó por la salida más formal al 'vincular su trayectoria con la del presidente' y amigo. Arenas, en su discurso de ayer, acabó reconociéndose en deuda con Aznar, reconoció la emoción que le provocó su renuncia en su momento de mayor esplendor y la enarboló como 'un ejemplo claro de convicciones profundas, grandeza y generosidad'.

Acebes, al que Aznar destacó como 'seguro, sólido y de confianza', replicó ayer: 'Conjugar su último congreso en activo con la exposición y el diseño de un proyecto de ilusión y esperanza para el futuro tiene una trascendencia y un calado que sólo se verá, como siempre en España, con el paso del tiempo cuando se convierta en una pieza para la historia'. Acebes agradeció los piropos que le reservó Aznar pero no los analizó en clave de sucesión: 'Son sólo otro gesto más de generosidad, amistad y confianza, como seguir contando conmigo tanto en su lista para la ejecutiva como para presidir el comité electoral'.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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