_
_
_
_
_

Bajo la sombra de Marilyn

Elsa Fernández-Santos

Inge Morath siempre estuvo bajo la sombra de Marilyn Monroe. No era fácil, pero ella supo llevarlo con sobrada elegancia. En una entrevista que concedió con motivo de una de sus últimas exposiciones en Madrid, la fotógrafa de Magnum (una mujer menuda, atlética y de preciosos ojos claros) explicaba así su relación con la que había sido la segunda mujer del que fue -durante los últimos 40 años- su marido, el dramaturgo Arthur Miller: 'Yo soy una mujer muy distinta a Marilyn. Ella era trágica, siempre intentando aparentar que era feliz cuando era profundamente desgraciada. Tengo un buen recuerdo de ella. Era una mujer muy cariñosa y buena, pero irremediablemente infeliz'. 'Yo soy más independiente, nunca he sido una carga', añadía con cierta petulancia la fotógrafa.

Más información
Muere Inge Morath, la dama de la fotografía

Inge Morath y Arthur Miller se conocieron en el rodaje de Vidas rebeldes. Ella era una joven fotógrafa enviada por la agencia Magnum y él era el marido de la estrella y el guionista de la película. Miller había escrito para Marilyn una historia encubiertamente biográfica en la que intentaba explicar -quizá también a sí mismo- el enigma de aquella trágica mujer con la que se había casado.

Morath tomó durante aquel rodaje algunas de las imágenes más famosas de la actriz. En ellas, Marilyn, descalza y con un vestido negro, baila sola debajo de un árbol durante un descanso del rodaje. Parece mareada, con la cabeza inclinada a un lado y con una expresión de infinita tristeza.

Vidas rebeldes, dirigida por John Huston, narraba la historia de tres hombres fracasados (Clark Gable, Montgomery Clift y Eli Wallach) que cazan caballos salvajes en Nevada y la de una mujer recién separada que se une a ellos. En pleno desierto, Marilyn les grita: 'Lo sabéis todo menos lo que es estar vivos... Cádaveres ambulantes, eso es lo que sois'.

Se ha escrito mucho sobre el dolor que encierra esta película y sobre la conmovedora interpretación de la actriz, que sufrió varias crisis nerviosas durante el rodaje, que incluso tuvo que ser interrumpido para ingresarla en un hospital psiquiátrico.

Inge Morath y su cámara fueron testigos mudos de todo aquello, pero, en sus memorias, Arthur Miller apenas se detiene ni en ella ni en su primera mujer. El dramaturgo, sin embargo, intenta explicar lo que fueron los cinco años de convivencia con Marilyn, quien ocupa, junto a las reflexiones sobre la familia y la depresión, la parte más importante de su autobiografía. 'No se puede explicar una persona. Yo lo he intentado. Si te acercas a un mito, deja de serlo. Ella sigue siendo un misterio para mí'.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_