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Telefónica redujo su beneficio un 15,9% en 2001, la primera caída en nueve años

Las ganancias bajaron hasta los 2.106,8 millones por la crisis argentina y la ausencia de extraordinarios

Ramón Muñoz

Telefónica perdió fuelle en 2001. La operadora ganó 2.106,8 millones de euros, un 15,9% menos que un año antes, lo que supone la primera caída del beneficio neto que sufre la compañía desde 1992. El impacto de la crisis argentina, la falta de plusvalías extraordinarias y la incesante sangría de pérdidas provenientes de las filiales de Internet (Terra) y de medios de comunicación (Admira) pesaron negativamente sobre las cuentas de la operadora. El buen comportamiento de los móviles y el fin de los gastos de ajuste personal evitaron un mayor desplome de resultados.

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La empresa que preside César Alierta no es inmune a la crisis por la que atravesaron las grandes operadoras europeas, que han visto caer todas ellas su beneficio en 2001, e incluso algunas, como Telecom Italia, entraron en pérdidas. Sin embargo, la caída de los resultados de la telefónica española tiene sus peculiaridades, especialmente por el impacto de la crisis argentina, que, según las cifras facilitadas ayer por la operadora, supuso una repercusión negativa de 360,9 millones de euros en la cuenta de resultados de 2001 (empleando el tipo de cambio de un dólar por 1,7 pesos recomendado por el ICAC, el regulador español en materia de contabilidad), y unas menores reservas por conversión de 1.424,1 millones de euros. Estas pérdidas pueden incrementarse adicionalmente en otros 103,9 millones si se tiene en cuenta un cambio más actual (1 dólar por 2 pesos), según asume la compañía.

No obstante, la evolución de la economía argentina puede causar aún males mayores a los resultados futuros de Telefónica, puesto que el grado de exposición en el país se eleva a 3.581,9 millones.

En conjunto, el deterioro experimentado por las monedas latinoamericanas, especialmente el real brasileño, se tradujo en unos menores ingresos del 4,8% y una disminución del 5,6% del resultado bruto de explotación (Ebidta) de todo el grupo. Los ingresos totales de éste alcanzaron los 31.052 millones, un 9% más que en 2000, y el Ebidta creció un 7,4%, hasta los 12.804 millones.

La caída de los beneficios en 2001 también se explica por la ausencia de resultados excepcionales, que le reportaron sólo 302,1 millones de euros, en comparación con los 3,907,2 millones de euros que obtuvo la compañía en 2000 por operaciones como la salida a Bolsa de Telefónica Móviles, y que permitieron que creciera el beneficio neto un 38% respecto a un año antes.

La alegre política de compras realizada por la operadora en los últimos años, en pleno boom del sector de las telecomunicaciones y con el precio de los títulos por las nubes, también comienza a pasar factura. De hecho, las adquisiciones realizadas en 2000, bajo la tutela del anterior presidente, Juan Villalonga, en las filiales de datos (Data), Internet (Terra) y medios de comunicación (Admira) han seguido lastrando los resultados del grupo, al haberse incrementando en un 68,1% las amortizaciones del fondo de comercio (diferencia entre la cantidad pagada por una sociedad y su valor en libros), y que se explica, en parte, por el sobreprecio pagado en aquellas compras.

Así, Telefónica se ha visto obligada a realizar un saneamiento de 249 millones de euros correspondiente a la depreciación de Mediaways, la compañía de datos y servicio de Internet que la operadora compró en 2000 por 1.600 millones de dólares a Bertelsmann, y que tenía una serie de contrapartidas aún no concretadas, como el compromiso del grupo alemán de invertir 1.000 millones de dólares en publicidad en Terra. Fundamentalmente esa operación le ha costado a Data, la filial a través de la que se hizo la operación, unos números rojos de 486,2 millones de euros, multiplicando por diez las de 2000. El espirítu expansivo también se ha dejado notar en Terra, la compañía de Internet, que elevó sus pérdidas netas a 566,3 millones de euros, convirtiéndose en la filial de Telefónica que más dinero pierde, puesto cuyo dudoso mérito tenía hasta ahora Admira, la sociedad que agrupa a los medios de comunicación, pese a que ésta última perdió 347,4 millones.

Apretarse el cinturón

Para compensar estas partidas negativas, la compañía que preside César Alierta se ha visto obligada a apretarse el cinturón. La inversión acometida a lo largo del ejercicio se elevó a 8.420,9 millones de euros, un 7,9% inferior a la del ejercicio anterior. La disminución afectó a todas las líneas de negocio, excepto al de banda ancha de Telefónica de España (despliegue de ADSL) y en Telefónica Data. Paralelamente, la deuda neta del grupo se elevó a 28.942 millones de euros, un 7,4% más, aunque en el último trimestre se redujo en un 7,4%.

Las cuentas correspondientes a 2001 se vieron especialmente beneficiadas por la ausencia de costes correspondientes a la regulación de empleo que culminó la reestructuración de plantilla, que supusieron una carga negativa de 1.265,6 millones de euros en el balance de 2000.

Por eso, Telefónica de España, la filial de telefonía fija, multiplicó casi por cinco su beneficio neto (1.077,6 millones de euros), y junto con Móviles, que ganó 893,4 millones de euros (un 51,2% más), sujetaron los resultados del grupo, a los que también contribuyeron las plusvalías extraordinarias (venta de Cablevisión) cosechadas por la filial latinoamericana.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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