'Amélie' gana, pero no arrasa, en los premios César del cine francés
El filme de Jeunet obtiene cuatro de los 13 galardones a los que optaba
Clima de euforia
Contra la mundialización
El primer ministro francés, Lionel Jospin, acudió anoche a la entrega de los César y tuvo la oportunidad de escuchar de la boca de actores, directores y productores un mismo discurso a favor del mantenimiento de la llamada "excepción cultural". Todos cuantos intervinieron le recordaron lo importante que era que el Estado mantuviera su compromiso de respaldo al cine nacional y cada uno a su manera evocó el peligro de "la mundialización" o se refirió "a ese hombre que ha comprado Italia después de haber hundido su cine" -en referencia explícita a Silvio Berlusconi- o se extendió sobre las virtudes del sistema del adelanto sobre recaudación, sistema del que se benefició el 40% de la producción de la gala del 2001. Jean-Pierre Jeunet, director de Amélie, añadió que "después de haber trabajado en Hollywood, volver a hacerlo en Francia es recuperar la libertad".
La gala resultó un poco deslavazada, con algunas intervenciones demasiado largas y algunos errores de bulto del presentador, Edouard Baer, otras veces más seguro e ingenioso, pero también tuvo sus momentos de emoción, como la aparición en escena de Danielle Darrieux o el número de ancianos desmemoriados que protagonizaron con ritmo y humor Claude Rich y Jean Rochefort. También fue emocionante la secuencia de recuerdo de artistas y profesionales desaparecidos, que incluyó unas imágenes de Francisco Rabal.