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Los Pulitzer expulsan del jurado a una historiadora que plagió

Doris Kearns Goodwin copió en su biografía de los Kennedy un libro de Lynne McTaggart

El consejo de los premios Pulitzer se reúne hoy y mañana para decidir los 21 galardones correspondientes a 2001 sin la presencia de uno de sus más conocidos integrantes, la historiadora y también premio Pulitzer Doris Kearns Goodwin, que ha reconocido haber plagiado generosamente para publicar su biografía sobre los Fiztgerald y los Kennedy. El consejo forzó la ausencia de Goodwin y su presidente, John Carroll, dice que hará todo lo que esté en su mano para defender la integridad de los premios.

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Además del rechazo de Pulitzer, Goodwin ha tenido que renunciar indefinidamente a sus colaboraciones de comentarista política en el principal informativo de la televisión pública y a invitaciones para dar conferencias en varias universidades. Mantiene su posición en un organismo de control de Harvard cuya misión es velar porque la universidad 'mantenga los más altos patrones alcanzables en un centro de estudio'.

El plagio de Goodwin fue descubierto en 1987 por la autora del libro copiado, Lynne McTaggart, quien al preparar una crítica de The Fitzgeralds and the Kennedys se sorprendió al encontrar 'miles de mis exactas o casi exactas palabras', publicadas cuatro años antes en Kathleen Kennedy. La historia de Goodwin sobre las dos familias le pareció bien y así lo dejó escrito, pero de inmediato puso a trabajar a su abogado. Ambas partes alcanzaron entonces un acuerdo en secreto sobre una compensación económica más el reconocimiento detallado de la fuente, presentada en sucesivas ediciones de The Fiztgeralds... como una obra definitiva sobre la malograda hermana del futuro presidente.

Este acuerdo fue descubierto en enero por el semanario The Weekly Standard y con ello empezó el calvario de Goodwin, que al principio atribuyó el plagio al hecho de escribir por aquella época a mano y no discernir en sus notas sus propias palabras de las tomadas de otros. Más tarde, en The New York Times, aludió a problemas de control mecánico, además de reconocer que en el mismo libro había pasajes no debidamente atribuidos de un número indeterminado de otras obras.

Goodwin, de 59 años, elogiada biógrafa del presidente Lyndon B. Johnson, logró en 1994 el Pulitzer con No ordinary time, un libro superventas sobre Franklin y Eleanor Roosevelt. Con verbo rápido y facilidad para la anécdota, la historiadora se convirtió en una figura popular, cuya opinión era buscada y apreciada por los medios de comunicación. En 1999 entró a juzgar los Pulitzer.

El descubrimiento del plagio cayó como una bomba en la Universidad de Columbia, que entrega los Pulitzer. La organización le sugirió que renunciara a participar en las reuniones que deciden los premios, a lo que ella se negó, según han revelado a The New York Times fuentes conocedoras del caso. Más tarde, Goodwin se resignó, alegando en su carta de renuncia que abandonaba porque la distracción creada al trascender el plagio le impedía centrarse en su trabajo de jurado. John Carroll, presidente del consejo de 18 miembros que recomienda los Pulitzer y director de Los Angeles Times, dice que el consejo no se ha pronunciado sobre Goodwin, pero que 'hará todo lo necesario para mantener al más alto nivel la integridad del proceso de los premios Pulitzer'.

Ambrose también

Goodwin parece de momento más afectada en su imagen intelectual y consecuencias que Stephen Ambrose, a quien también The Weekly Standard acusó de haber plagiado un libro de Thomas Childers sobre la Segunda Guerra Mundial. Ambrose, de 66 años, lo reconoció de inmediato y se disculpó ante Childers, quien aceptó el gesto hasta que Ambrose reveló su técnica de trabajo: asumir los pasajes de otros libros que se acomodan a la historia que quiere contar, adoptarlos como propios sin comillas y reconocerlos con una nota a pie de página. Para Childers, profesor en la Universidad de Pensilvania, esa falta de esfuerzo intelectual es inaceptable. Ha retirado los libros de Ambrose de las lecturas que recomienda a sus alumnos.

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