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Todo huele a cadáver en Yenín

Las primeras imágenes del interior del campo de refugiados muestran la devastación llevada a cabo por el Ejército israelí

Ángeles Espinosa

Las primeras imágenes del interior del campo de refugiados de Yenín confirman la destrucción y el horror. También muestran cadáveres de civiles pudriéndose en los patios traseros de las casas o bajo los escombros. Pero, a falta de una investigación más profunda, no permiten dilucidar si los muertos han sido 'centenares' como claman los palestinos o 45 como aseguran los israelíes. Lo que está claro es que la persecución y sitio a los resistentes palestinos que Israel califica de 'terroristas' se ha cobrado un alto precio entre la población civil. El Tribunal Supremo de Israel autorizó ayer al Ejército a proceder con el entierro de los muertos.

'Todo el campamento olía a cadáver', declaró ayer un periodista francés que pasó 48 horas dentro de ese recinto con una familia palestina. Según los testimonios recogidos por ese informador, Pierre Barbancey, de L'Humanité, los soldados han enterrado cadáveres en un gran agujero en la plaza central del campo y los han cubierto con cemento y escombros de las casas vecinas. 'En las calles ya no se ven cadáveres', manifestó Barbancey a la agencia France Presse, 'pero en el centro del campo, en dos inmuebles diferentes, he visto, en uno, un cuerpo completamente quemado, y en otro, bajo los escombros, otros dos cadáveres'.

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Las imágenes logradas por un equipo de televisión que también logró burlar el cerco militar israelí muestran dos cadáveres bajo los escombros y otro guardado por su familia bajo un cobertizo en el patio trasero de la casa. Todos con ropas civiles y en avanzado estado de descomposición. Estos testimonios son bastante impactantes y dan idea de la angustia en la que han vivido desde el pasado 5 de abril los 15.000 habitantes de ese campamento, algunos de los cuales abandonaron sus casas entre el lunes y el jueves pasados, en tanto que otros han permanecido hasta ahora sin agua, sin electricidad y bajo intensos bombardeos. Al menos 3.000 han perdido sus hogares, según la ONU.

Sin embargo, nada permite dilucidar el número total de muertos. 'Puede haber hasta un millar', aseguró a este diario el alcalde de Yenín, Walid Abu Mues, el pasado viernes. Otros responsables palestinos han hablado de 500 cadáveres. El Ejército israelí, que ha dado informaciones contradictorias en los últimos días, redujo ayer la cifra a 45 y aseguró que la mayoría eran hombres armados. Su negativa a permitir el acceso de la prensa y las organizaciones humanitarias ha alimentado la sospecha. Además, las detenciones masivas practicadas en el campamento hacen que muchas familias no sepan si sus seres queridos están muertos o bajo arresto. A los liberados se les ha prohibido regresar a sus casas.

El Ejército israelí anunció que había tomado el control del campamento el pasado miércoles. A pesar de ello, dos días más tarde, cuando esta informadora visitó Yenín, seguían oyéndose explosiones y disparos esporádicos dentro del campo y los soldados seguían sin permitir el acceso a los informadores y las organizaciones humanitarias. Ayer, el Ejército permitió una visita guiada a los periodistas al campo de refugiados. Aunque los militares levantaron las restricciones sobre la mayoría de Cisjordania, seguían impidiendo el acceso a la basílica de la Natividad en Belén y a la sede de la presidencia palestina en Ramala.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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