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'Los próximos dos años van a ser muy difíciles para Aznar'

Pregunta. ¿No es la huelga un simple derecho al pataleo después de que el decreto esté en vigor y haya sido convalidado en el Parlamento?

Respuesta. Al contrario, es ejercitar un derecho democrático para contrarrestar una agresión por parte del Gobierno y para obligarle a derogar el decreto.

P. ¿Se van a cumplir los servicios mínimos?

R. Vamos a garantizar los mínimos en los servicios esenciales que reflejamos en nuestras propuestas y que se derivan de un buen número de sentencias judiciales.

P. ¿Cómo van a actuar los piquetes informativos?, ¿habrá violencia?

R. El Gobierno pretende convertir el ejercicio del derecho constitucional a la huelga en un conflicto de orden público. La movilización de la práctica totalidad de la policía y la Guardia Civil así lo demuestra. Por lo tanto, esa responsabilidad le sobrevendrá al Gobierno.

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'Es una frivolidad plantear la huelga general como un partido de fútbol o de pádel'
'El Gobierno pretende convertir esta huelga en un conflicto de orden público'
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P. Si la huelga fracasa, ¿qué efectos prevé?

R. La huelga general no va a fracasar, y esto no es una declaración voluntarista, es que conocemos cuál es el clima social.

P. ¿Pero no podrá ser un paro ciudadano como el del 14-D de 1988?

R. Es que nosotros convocamos un paro laboral, no un paro ciudadano.

P. ¿Quién va a ganar este partido? Aznar ha dicho que quiere ganarlo.

R. La huelga general es para nosotros un acto de defensa democrática ante una agresión, no un partido de fútbol o de pádel. Aznar, de una manera autoritaria y arbitraria, ha recortado el derecho a la protección por desempleo y ha traspasado la antesala hacia el despido libre con la eliminación de los salarios de tramitación. Plantear esto como un partido de fútbol es una frivolidad.

P. ¿Se ha roto el diálogo social para el futuro?

R. Hay una frontera que diferencia el diálogo social de la primera legislatura y de la segunda, que es la mayoría absoluta del Gobierno del PP. En esta segunda legislatura, el presidente ha pretendido convertir el diálogo en una caricatura. Con el decretazo, si no se deroga a partir del día 21, se le ha asestado un golpe al diálogo social, yo diría que definitivo, en la etapa de presidente del señor Aznar.

P. ¿Teme que el Gobierno prepare otras reformas, como la negociación colectiva o la ley de huelga que perjudiquen a los sindicatos?

R. Sí creo que podría haber algo de eso. Una pregunta que puede dar una explicación de presente y de futuro es: ¿por qué el señor Aznar, en plena presidencia de la Unión Europea, ha tomado la determinación de imponer el decretazo? Si España va bien, ¿a qué viene tanta urgencia? Una primera respuesta es que, como España no va tan bien, el Gobierno necesita el superávit del Inem, engordado con el decretazo, para cuadrar el déficit cero. La segunda respuesta es que el señor Aznar quiere hacer méritos ante los Gobiernos conservadores porque tiene la ambición política de ocupar el retiro dorado que es la presidencia permanente de la UE. La tercera respuesta es que el señor Aznar pretenda buscar el cuerpo a cuerpo y dar un golpe a los sindicatos a lo Thatcher. Y ese pulso lo va a perder.

P. ¿Puede el Gobierno torcer el brazo a los sindicatos?

R. Como alguien no lo corrija desde su propio partido, los últimos años de esta legislatura van a ser difíciles para el señor Aznar. Le puede dejar un legado muy difícil a su sucesor, y Aznar, por su arrogancia y su soberbia, ha dilapidado un patrimonio de credibilidad que tenía hace cinco meses cuando anunció su marcha.

P. El presidente argumenta que la UGT y el PSOE buscaban esta huelga desde hace dos años, y recuerda que usted dijo: 'Que Aznar no se vaya de rositas'.

R. La dialéctica de un sindicalista consiste en apelar a la negociación y a la presión. La práctica ha sido que la UGT ha firmado acuerdos con este Gobierno desde 1996.

P. ¿Puede asegurar que no hay una estrategia común entre la UGT y el PSOE?

R. Lo único que hay es un estado de confusión mental morrocotudo, que afecta al señor Aznar y en el Partido Popular.

P. ¿Ha triunfado el sector duro del Gobierno?

R. Aquí no hay sector duro y sector blando, aquí hay un ordeno y mando del presidente Aznar, y un descontrol absoluto de la política económica por el que quieren tapar las vías de agua utilizando el superávit del Inem y de la Seguridad Social.

P. ¿Qué va a pasar el día después de la huelga?, ¿puede haber más conflictividad?

R. Eso va a depender del Gobierno. En una situación económica delicada se necesita confianza, y no incertidumbre y desconfianza hacia el Gobierno, y además, una situación de crispación social. Lo más inteligente sería que Aznar rectificara.

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