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Aznar delega en el 'número dos' de Interior la autoridad para derribar un avión suicida

La cumbre de Sevilla obliga a nombrar un responsable provisional ante un posible ataque

Miguel González

Cazas F-18 y misiles antiaéreos Hawk protegerán la cumbre europea de Sevilla de hipotéticos ataques terroristas similares a los sufridos el 11 de septiembre por Estados Unidos. Este dispositivo, semejante al que protegió la cumbre de Barcelona, tiene carácter disuasorio. Sin embargo, en previsión de que hubiera que hacer frente a una situación extrema, el Gobierno ha designado, con carácter extraordinario y temporal, a la autoridad competente para ordenar el derribo de un avión civil envuelto en un atentado inminente: el secretario de Estado para la Seguridad, Pedro Morenés.

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Tras los atentados del 11-S, la OTAN ha elaborado procedimientos operativos para hacer frente a una nueva amenaza: el uso de aviones comerciales secuestrados como armas de destrucción masiva. La Alianza ha dado el calificativo de rogue (delincuente o amenazante, en inglés) a 'un avión capaz de infligir un daño significativo e intencionado o pérdida de vidas humanas y que [...] se sospecha pueda estar controlado por individuos con tales intenciones'.

La calificación de un avión como rogue corresponde a la red de defensa aérea de la OTAN, que en España tiene su corazón en el CAOC 8 (siglas en inglés de Centro de Operaciones Aéreas Combinadas), en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid).

Sin embargo, los países aliados no han querido renunciar a lo que consideran un componente esencial de su soberanía: la decisión de actuar contra un avión considerado hostil en su espacio aéreo. En consecuencia, la competencia para hacer frente a un avión rogue , incluso derribándolo si se estima que va a cometer un 'ataque inminente', es de cada autoridad nacional y la OTAN se ha limitado a recomendar a sus miembros que pongan a punto sus sistemas de defensa y designen cuanto antes a la autoridad competente para actuar.

Las Fuerzas Armadas españolas realizaron en noviembre pasado un ejercicio que simulaba ataques con aviones secuestrados contra objetivos en Madrid y Sevilla. Dicho ejercicio evidenció que una agresión por sorpresa de este tipo es casi imposible de neutralizar. Caso distinto es que haya una alerta, con misiles desplegados y cazas en vuelo o a punto de despegar, como en marzo pasado en Barcelona o el viernes en Sevilla.

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El Estado Mayor de la Defensa, en su análisis posterior del ejercicio, ha llegado a la conclusión de que la autoridad competente para estos supuestos debe ser el jefe del Mando Aéreo de Combate, de quien depende el CAOC 8, pues en una situación parecida al 11-S no habría tiempo material de consultar al nivel político. La competencia tendría que delegarla, mediante una directiva, el presidente del Gobierno, a quien corresponde legalmente la dirección de las Fuerzas Armadas.

Al contrario que otros países de la OTAN, España aún no ha aprobado esta directiva, quizá por lo delicado que resulta atribuir una competencia tan polémica a un mando militar. Pero mientras llega esta decisión, ha tenido que hacer frente a la seguridad de las cumbres de la presidencia de la UE.

Los cazas y los misiles antiaéros resultan inútiles si, en caso de necesidad, no se sabe quién puede ordenar su utilización. Por eso, con carácter temporal y excepcional, la competencia ha sido atribuida al secretario de Estado para la Seguridad, Pedro Morenés.

Las fuentes consultadas indicaron que Morenés es responsable de todo el dispositivo de seguridad que rodea la cumbre de Sevilla, del que los medios militares no son sino un elemento menor comparados con la aportación del Ministerio del Interior. Y la amenaza de un ataque terrorista aéreo es sólo una de las que se contemplan; y no de las más probables.

La aportación militar a la seguridad de esta cumbre es similar a la realizada en Barcelona, con la diferencia de que la cercanía a Sevilla de las bases del Ala 11 de la Fuerza Aérea, en Morón de la Frontera, y del Regimiento de Artillería Antiaérea 74, en Dos Hermanas y San Roque, ha hecho innecesario su despliegue exterior, como sucedió en el aeropuerto de El Prat.

En cambio, las Fuerzas Armadas aportan esta vez aviones de transporte para trasladar a Sevilla efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que el día 20 deben seguir en sus demarcaciones debido a la huelga general, y helicópteros para el desplazamiento desde Morón de la Frontera a Sevilla de las delegaciones oficiales.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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