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Crónica:TOUR 2002
Crónica
Texto informativo con interpretación

La vida es bella para Igor y Beloki

Los líderes del ONCE-Eroski se declaran optimistas para el asalto a Armstrong

Carlos Arribas

Manolo Saiz está en su salsa: sentado en una silla, rodeado de periodistas franceses. El director cántabro está expansivo. Habla y habla. Es el protagonista del día de descanso. Habla serio, precavido, respeta a Armstrong, no cree en su hundimiento, se coloca en el papel de secundario, el Tour es muy difícil, es muy largo, hay que ir día a día, es sensato pero una media sonrisa le delata. Manolo Saiz no cabe en sí de gozo y es natural. Por una vez no ha venido al Tour a sufrir; a los suyos les sale todo, o casi todo, bien. No hay pinchazos ni averías extemporáneas, caídas ni cortes ni malos rollos. No son los tiempos de Zülle, ni de Jalabert, quien anunció ayer su retirada a final de año. Son los tiempos en que es el líder y todos le respetan. Y tiene a dos majos mozos allí arriba, Igor y Beloki. La vida es bella.

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Hace apenas media hora que Igor y Beloki, los dos, primero y tercero en el Tour que ya está en la mitad, rodajas de bimbo en un sándwich en el que Armstrong hace, en todo caso, de jamón York, han concedido una conferencia de prensa. La sala de hotel, en las afueras de Burdeos, es una sauna. Hace calor. Se suda, pero nadie se va. Habla Manolo, pero permanece la imagen de los dos ciclistas despeinados, que durante un buen rato han disputado una sorda pelea comunicativa, lanzando mensajes entre líneas, sonriéndose, alabándose también.

Su análisis es sencillo. Aunque parezca que no Armstrong es todavía Armstrong o incluso Superarmstrong, y en la montaña lo veremos. Porque si ataca como el año pasado en Alpe d'Huez, que pasó como una exhalación ante los dos, pues no hay nada qué hacer. Pero... pero nuestra mentalidad no es pensar que nos va a dejar tirados; pero nosotros somos mejores que el año pasado y estamos en una situación privilegiada, con el maillot amarillo, y el tercero, y gente muy bien colocada, porque tenemos buenos escaladores en el equipo, tenemos a Serrano y a Azevedo y también a Jacksche. Y, además, también ahora aparecerán caras nuevas por la cabeza, comienza el Tour de los escaladores, de Sevilla, Mancebo, Hamilton, Sastre, Frigo, Rumsas... Los dos que son los líderes del ONCE-Eroski están de acuerdo y Manolo Saiz, benévolo con sus chicos, sonríe desde el fondo. Y más cuando Beloki, que está a 1.23m de su compañero en la general, dice que son bobadas eso que dice Igor de que él, Beloki, dos veces tercero en el Tour, es el líder del equipo y precisa que lo que hace fuerte al equipo es 'la unión entre los dos'.

Pero Igor se pone serio. Necesita dejar claro su mensaje. Es asombrosa su personalidad, su fuerza, su don que estaba como oculto esperando aparecerse cuando el liderato del Tour estuviera en sus manos. Igor es un líder nato y no admite que le tosan. Y por segundo día consecutivo repite el mismo lema, la misma directa: 'La clave del Tour es que podemos hacerle daño a Armstrong los dos pero sólo si pensamos en los dos, sólo si cuando uno actúa piensa en el otro, y no en su beneficio personal. Entonces se habla de posibles tácticas utilizando las fuerzas de los dos, de Beloki, escalador más explosivo, de Igor, más regular y diesel, más de ritmo. Igor habla de cómo Beloki puede seguir a los escaladores y él a Beloki; Beloki habla de que eso de atacar habrá que pensarlo, según y cómo. Y entonces le preguntan que estaría muy bien un ataque lejano para desestabilizar al equipo de Armstrong, pero Beloki, entonces, no se postula como candidato a tal suicidio, sino que apunta al equipo. 'Para eso tenemos a Azevedo, que está bien colocado'. Y Beloki recuerda que está mejor colocado de lo que podía soñar, mejor que nunca y todo eso.

Entonces le dicen que es imposible que ganen dos, que uno se tendrá que sacrificar por el otro. Y Beloki saca a colación un asunto duro, el del Alpe d'Huez 2001, cuando Saiz le ordenó a un renuente Igor que atacara a Armstrong. Fue un ataque desganado y sin futuro. Un ataque que fundió a Igor (terminó a 3.27m de Armstrong) y ahorró fuerzas a Beloki para encaramarse al tercer puesto (terminó a 1.35 del estadounidense). Y dijo Beloki: 'Si Igor fue capaz de sacrificarse por mí, por qué este año no se puede dar la situación inversa?'.

Beloki (izquierda) e Igor González de Galdeano, durante su conferencia de prensa de ayer en Burdeos.
Beloki (izquierda) e Igor González de Galdeano, durante su conferencia de prensa de ayer en Burdeos.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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