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El Ayuntamiento cedió el caserón a la Fundación Nuevo Siglo en 1999

Los trabajos que se realizan en la casa de Iván de Vargas, que hasta ayer mismo estaba entre las calles de San Justo, Doctor Letamendi y Segovia, no son las primeras obras de rehabilitación que afectan al inmueble. De hecho, el arquitecto responsable del proyecto afirma que no todo el edificio contaba con protección estructural. Sólo tres de las cinco fachadas son originales del caserón medieval que alojó a la familia de Iván de Vargas y a su servidumbre. Dos de las fachadas fueron añadidas en 1955 y son 'falsas', según Ramón Andrada.

El inmueble que habitó san Isidro se consideraba un edificio singular construido entre los siglos XVI y XVII sobre una parcela de 825 metros cuadrados. Tras las sucesivas reformas contaba con 2.675 metros. El Ayuntamiento se hizo con él tras expropiarlo por 362 millones de pesetas, cuando ya se había abierto un expediente de ruina. El objetivo era destinar ese edificio a sede de una institución cultural que se ocupara de su rehabilitación.

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El gobierno municipal cedió el inmueble, mediante convenio, a la Fundación Nuevo Siglo en diciembre de 1999. Esa entidad, presidida por el ex alcalde José Luís Álvarez, nació con el objetivo de debatir el desarrollo urbano y la defensa del patrimonio arquitectónico. Pero posteriormente el alcalde, José María Álvarez del Manzano, le encomendó el desarrollo del proyecto olímpico de la capital para 2012.

La fundación convocó un concurso de proyectos para proceder a las obras de recuperación de la casa de Iván de Vargas. El plan especial aprobado en marzo pasado para llevar a cabo el proyecto ganador, firmado por Andrada, obliga a mantener las tres fachadas históricas y la cubierta. Las obras tenían un coste estimado de 400 millones (100 subvencionados por el Ayuntamiento y los 300 restantes aportados por la Fundación Caja Madrid, dentro del convenio para la conservación del patrimonio histórico-artístico de la ciudad). Pero Andrade cifró ayer los costes en 580 millones (unos 3,5 millones de euros).

El inmueble estaba formado por dos plantas, un sótano y dos patios interiores. En uno de estos patios se conservaban sendas estatuas de san Isidro y de santa María de la Cabeza, y varios bajorrelieves alegóricos.

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