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Francia mantiene su presupuesto deficitario a pesar de Bruselas

El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, lanzó ayer un mensaje de tranquilidad hacia la Comisión Europea, asegurando que su país 'continuará fiel' a los compromisos del Pacto Europeo de Estabilidad, que ahora retrasa a 2006 el equilibrio presupuestario en los países de la zona del euro. Raffarin no anunció rectificación alguna en el objetivo de déficit para el año próximo (2,6% del producto interior bruto, PIB), el mismo que el de este año, que inquieta a las autoridades europeas porque no observan progreso alguno hacia la reducción del déficit en la segunda economía europea.

Tanto el primer ministro como el presidente, Jacques Chirac, han decidido incrementos muy importantes de los gastos destinados a la policía y a las Fuerzas Armadas, así como a la construcción de cárceles y al incremento del personal al servicio de la justicia. Todo ello se acompaña de ciertas reducciones del gasto social y del presupuesto cultural, pero los ingresos previstos en el presupuesto se basan en una hipótesis de crecimiento del 2,5%, juzgada ya demasiado optimista por varios analistas. Además, incluye una nueva rebaja del 1% en el impuesto sobre la renta, que se añade a la del 5% decretada inmediatamente después de la victoria electoral de junio.

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Valentía

'Éste es un presupuesto valiente', aseguró ayer Raffarin ante el grupo parlamentario de la UMP, el partido que gobierna Francia con mayoría absoluta, en vísperas de la apertura del periodo de sesiones en que debe aprobarse ese presupuesto.

El primer ministro defendió sus prioridades presupuestarias para evitar nuevas 'exasperaciones', en alusión al empuje demostrado por la extrema derecha en los comicios de mayo y junio pasados.

En realidad, el primer ministro tiene poco que temer de las consecuencias internas de una advertencia formal de Bruselas sobre sus finanzas, arropado como está por una sólida mayoría parlamentaria y un buen nivel de aceptación en las encuestas de opinión. Tampoco tiene interés, no obstante, en que el conflicto institucional vaya más lejos. Por eso afirmó que su país está decidido a tener éxito cuando llegue la 'gran cita de Francia en el seno de la Europa ampliada', enmarcando así su acción en el horizonte de una legislatura y restando importancia al próximo ejercicio.

De paso, Raffarin cargó con las culpas al anterior Gobierno de Lionel Jospin, al que imputó la presentación de cuentas 'inexactas' y el haber desaprovechado los periodos de crecimiento económico para sanear las finanzas públicas durante su periodo de gestión. De las filas de la oposición socialista apenas salió ayer réplica alguna, ocupados como están sus jefes en organizarse para la lucha interna por el poder, sobre la base de exigirse responsabilidades por la derrota electoral sufrida.

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