_
_
_
_
_

Javier Reverte cierra su trilogía sobre África con un rico retrato de su gente

El autor recuerda los tres meses pasados en Sudán, Etiopía y Egipto

Aurora Intxausti

Habla del continente africano, de sus paisajes y sus gentes, y se emociona. Javier Reverte (Madrid, 1944) regresa a la literatura de viajes con Los caminos perdidos de África (Areté). El lector recorre con el escritor sus tres meses pasados en Sudán, Etiopía y Egipto, y descubre a sus habitantes, escucha sus voces y huele sus perfumes. Reverte cierra así la trilogía que comenzó con El sueño de África (1996) y Vagabundo en África (1998).

Reverte descubrió el continente negro en 1992 casi de casualidad y después de ese primer viaje decidió escribir El sueño de África, que fue rechazado por varias editoriales antes de conseguir que se publicara. Está convencido de que sus libros interesan al lector por ser el continente que menos se parece a Europa y por sus pinceladas de lirismo y romanticismo. 'Allí está la potencia del futuro, la esperanza y el fracaso de la humanidad', comenta.

Reverte asegura que para él ese continente es un vicio que te obliga a volver una y otra vez. 'Me he acercado a lugares casi ignorados y desconocidos, cuyo peligro no es la violencia, sino la burocracia', afirmó durante la presentación de su último libro en Madrid.

De Etiopía dijo que es 'un país perdido en sí mismo. Es un islote del cristianismo copto, con lengua propia y escondido desde el siglo XIV. Es poco probable que abandone la situación en la que se encuentra, porque todavía es capaz de creerse sus propias leyendas'. Muy diferente a Sudán, 'un país creado en la época colonial, con dos zonas completamente delimitadas, una de las cuales, selvática y habitada por negros, está en guerra desde hace 20 años, ha perdido su identidad y es completamente diferente a la otra, desértica, musulmana y fundamentalista'. El autor dice que ha podido constatar en su periplo que las diferencias entre el norte y el sur de este país son tan marcadas que los sudaneses desconocen qué son: 'No saben si son sudaneses o egipcios, aunque lo que son de verdad es hospitalarios'. La última parte de Los caminos perdidos de África se la dedica a Egipto, 'sin hablar de faraones'.

Javier Reverte cree que Los caminos perdidos de África es, sobre todo, 'un libro de camino. Soy muy mal viajero, me pierdo siempre y todo me sale al revés de lo planificado. Ello me ha permitido poder describir situaciones de gran comicidad'. El escritor recuerda que empezó solo el viaje y acabó en compañía: 'Me encontré muchas personas de las que siempre aprendes. África es dura y difícil, pero apasionante'.

Este libro contiene, según su autor, aventura, riesgo, emoción, cultura y vida. De los países que ha recorrido por el continente africano se quedaría con Tanzania, por la simpatía de sus habitantes y porque es 'un país tranquilo para los extranjeros'. De momento, y por un largo periodo de tiempo, Javier Reverte no podrá volver a visitar a los amigos que dejó en los caminos de África: todavía está recuperándose de la malaria que contrajo en ese viaje.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_