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Cardoso pone su equipo a disposición de Lula para la transición

El presidente electo de Brasil promete un Gabinete que no sea exclusivo de su partido

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró ayer, tras su entrevista con el presidente en ejercicio, Fernando Henrique Cardoso, en el palacio de Planalto, sede de la Jefatura de Estado en Brasilia, que la transición será un modelo para América Latina. Lula dijo: 'Cardoso ha puesto a su Gobierno a disposición del equipo de transición'. A la llegada de Lula, seguidores del Partido de los Trabajadores (PT) le dieron la bienvenida.

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Fue un momento histórico que marcó el comienzo de la transición de dos meses hasta el 1 de enero de 2003. Poco después de las once de la mañana de ayer, Lula entró en el palacio presidencial, donde lo recibió Cardoso. El presidente saliente y su sucesor pusieron en marcha el proceso de traspaso de poderes, que, si se cumple la proclamada voluntad de ambos, será el más transparente de la historia brasileña. Distendidos, Lula da Silva y Cardoso posaron para los fotógrafos entre sonrisas, apretones de manos y abrazos. Son líderes políticos que se conocen desde hace 30 años, que lucharon juntos contra la dictadura militar y que se respetan profundamente.

Se reunieron a solas, a puerta cerrada, durante una hora. Después dejaron pasar a sus asesores. En su primer viaje a Brasilia como presidente electo, Lula realizó una visita protocolaria cargada de significado al Congreso, donde le recibieron los presidentes de las dos Cámaras.

El equipo de transición, que debía hacerse público anoche, tendrá un perfil eminentemente técnico, por deseo expreso de Lula, que quiere dejar claro que no será necesariamente la base del próximo Gobierno. 'La transición es técnica: consiste en un trabajo de diagnóstico, estudio de datos e intercambio de informaciones. No es un proceso político', declaró previamente António Palocci, coordinador del programa de Gobierno de Lula y encargado de encabezar el equipo de transición por parte del PT. Representantes de todos los ministerios trabajarán en la transición, además del presidente del Banco Central, Armínio Fraga, que coordinará el núcleo económico.

El objetivo de los trabajos de estos dos meses es dejar el terreno preparado para un debú sin sorpresas de Lula. El presidente electo ha expresado su deseo de consensuar con el Gobierno en ejercicio algunas medidas para ser aprobadas antes del 31 de diciembre, como la no rebaja de la carga fiscal a las rentas más altas, algunos retoques al presupuesto federal y una minirreforma tributaria.

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El baile de nombres de hipotéticos ministros y algunos altos cargos de la Administración ha empezado, aunque el vencedor de las elecciones repite que se tomará su tiempo y no atenderá presiones de ningún tipo, especialmente de los mercados financieros. En las últimas horas ha dicho que ya tiene en la cabeza todo el Gobierno, que 'será más amplio que el PT', y ha dado una pista: 'El presidente del Banco Central será una persona de mi confianza, que proceda del mercado y que sea competente y capaz'.

El resultado de las elecciones del domingo ha puesto de relieve el contraste entre la rotunda victoria de Lula con el magro resultado en la votación para gobernadores estatales. El PT ha ganado en apenas tres Estados de menor peso que los que tenía en la última legislatura, como Río Grande do Sul y Río de Janeiro, que han ido a parar a manos de otros partidos.

El presidente electo expresó durante la campaña su voluntad de mantener con todos los gobernadores un diálogo fluido que ha sido prácticamente inexistente durante el mandato de Cardoso. En el Congreso, el PT es el primer partido en la Cámara de Diputados, y ha logrado un notable avance en el Senado, donde ha doblado el número de escaños. En ambas Cámaras tendrá que negociar con otras fuerzas para lograr una mayoría estable que garantice la gobernabilidad.

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