Rechazados los Presupuestos de Navarra
Como estaba previsto, el Parlamento de Navarra rechazó ayer el proyecto de Presupuestos para 2003 pactado por el Gobierno de Miguel Sanz (UPN, asociada al PP) con Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), que ascendía a 2.683 millones de euros. La Comunidad Foral conocerá por segundo año consecutivo la prórroga de unas cuentas, las de 2001, fruto del último acuerdo presupuestario entre el Ejecutivo de Unión del Pueblo Navarro y los socialistas del PSN-PSOE.
El debate no estuvo exento de sorpresas y cierta tensión cuando, tres horas después de iniciado el pleno, se procedió a votar el dictamen del proyecto de ley. La ausencia momentánea en el hemiciclo de un parlamentario del Grupo Mixto, Igor Arroyo, permitió que UPN y CDN aprobaran el texto articulado del dictamen de la ley por 25 votos a favor y 24 en contra. Los partidos de la oposición exteriorizaron su malestar por la ausencia del diputado de la suspendida Batasuna y pidieron un receso para aclarar la situación.
Tras consultar con los letrados, quedó claro que se había aprobado el marco normativo, pero sin contenido. Por decisión de la Mesa y Junta de Portavoces de la Cámara del pasado 23 de diciembre, el artículo segundo del proyecto, el que establece la habilitación global del gasto, debía votarse a continuación y por separado.
Los esfuerzos que a continuación hizo UPN para recuperar las líneas contables de cada departamento mediante votos particulares fueron baldíos, ya que esta vez la oposición al completo (PSN, IU, EA-PNV y Grupo Mixto) provocó el triple empate a 25 votos que hizo decaer el Presupuesto.
Distanciamiento socialista
A pesar de que el presidente Miguel Sanz, airado, anunció que el Gobierno pedirá "aclaraciones jurídicas", su socio de CDN, Juan Cruz Alli, reconoció que si no se aprobaba el artículo segundo el proyecto quedaba rechazado en su integridad. Las continuas apelaciones de Sanz y UPN a la "irresponsabilidad" socialista no hicieron mella en el partido que lidera Juan José Lizarbe. El PSN-PSOE rompió el pasado año sus pactos con la derecha navarra y mantiene un nítido distanciamiento del Ejecutivo foral en la recta final de la legislatura.
UPN se empleó a fondo en sus críticas después de tres meses de negociación con los socialistas, en los que el Gobierno foral no ha aceptado el "giro social" exigido por el PSN y consistente en enmiendas por valor de 94 millones de euros. Tanto Sanz como el portavoz regionalista hablaron repetidamente en el pleno de la "coalición del no", "de la connivencia de voto con los "radicales" de Batasuna y de los intereses "electoralistas" de Lizarbe.
