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El bloqueo del Gobierno en el 'caso Prestige' | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

El PP veta que el Parlamento investigue sobre el 'Prestige' y que comparezca Aznar

IU advierte de que utilizará la vía penal si se cierran todas las puertas en el Congreso

La marea incontrolable -y democrática,claro- de la mayoría absoluta del PP arrastró ayer las peticiones para crear una comisión investigadora sobre el Prestige, y para que José María Aznar compareciese en el Congreso, mucho más al fondo de donde se encuentra el barco: hasta el abismo de la nada parlamentaria. Ni comisión, ni comparecencia. Era previsible una reunión de la Diputación Permanente del Congreso con mucho chapapote parlamentario, agitado desde ambos costados de la Cámara, pero la mayor viscosidad dialéctica llegó de estribor. Desde la derecha, María Jesús Sainz le endilgó a la oposición "vileza", "bajeza moral" y tachó a sus adversarios de "desleales con España".

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La Investigación y la comparecencia del presidente del Gobierno tuvieron matices a la hora de votarlas. Luis Mardones, por Coalición Canaria, acompañó al grupo que apoya al Gobierno a la hora de rechazar ambas pretensiones, pero el grupo de Convergència i Unió suele gustar de alguna filigrana, alguna exquisitez política que lo distinga, así que ayer su portavoz, Manel Silva, se decantó por rechazar la comisión de investigación, pero juzgó "necesaria" la comparecencia de Aznar para hablar del Prestige.

La Diputación Permanente sustituye al Pleno en época de vacaciones parlamentarias, como el mes de enero -el Reglamento de la Cámara prefiere la perífrasis y las llama "lapsos de tiempo entre periodos de sesiones"-, y mantiene, con 50 miembros, la misma composición proporcional del Pleno, o sea que el naufragio de las propuestas de la oposición estaba descontado.

Gaspar Llamazares (IU) abrió fuego con acusaciones políticas: el PP, según dijo, "no está actuando como un partido de centro, ni siquiera de derecha democrática" y terminó con una advertencia: "No nos gusta un control penal" pero "si se cierran todas las puertas adoptaremos la vía penal para clarificar aspectos que no nos permiten aclarar en el ámbito parlamentario".

Iñaki Anasagasti (PNV) llevó el escepticismo hasta las nubes. "De este acto no va a salir absolutamente nada que aclare lo ocurrido". "Aquí no hay nada que hacer salvo por la vía penal", con lo que pareció apuntarse a la tesis de Llamazares, pero sin ninguna precisión. El portavoz del PNV concluyó, muy en castellano, con una cita de Quevedo: aquello de "no he de callar por más que con el dedo...".

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Francisco Rodríguez, del BNG y portavoz, ayer, del Grupo Mixto, acusó al Gobierno de desinformación, insensibilidad, falta de medios ante la crisis del Prestige, control social a través de las subvenciones -aunque reconoció la diligencia en las ayudas- desinterés por las cosas del mar y ausencia de previsiones presupuestarias tras la catástrofe. Dijo que la actitud del Gobierno de Galicia ha sido "servil", y que ha aprovechado el desastre para "solventar un conflicto interno en el PP de Galicia", aludiendo a la destitución de Xosé Cuiña como consejero de la Xunta.

Jesús Caldera, portavoz del Grupo Socialista, asistió al debate en silencio, quizás porque esperaba, como ocurrió, que los populares se cebasen con su actuación ante el vicepresidente Mariano Rajoy, cuando blandió un documento que se demostró mutilado.

Fue Diego López Garrido quien atizó al Gobierno y le acusó de actuar "con despotismo no ilustrado y con actitud mezquina". Expuso lo que, a su modo de ver, son duros contrastes: entre los voluntarios recogiendo chapapote y las autoridades de cacería, con mención explícita del ministro de Fomento, Franscisco Álvarez-Cascos; entre "el pueblo español y las autoridades".

Y contraste entre las televisiones públicas, "que se han dedicado a minimizar la crisis", y "los medios privados que se han convertido en defensores del interés público".

María Jesús Sainz se fue directa a por los adversarios, en ese ejercicio de retrooposición tan habitual en el PP. Les acusó de servirse de la "máxima manipulación política e incluso de la falsificación"; los llamó oportunistas e irresponsables cuando dijo que "lo lógico sería hacer causa común con el Gobierno contra los verdaderos responsables", siguió achacándoles "bajeza moral" y, sin mencionarlo, se recreó contra Caldera al decir que "fue vileza falsificar un documento público". Acabó tildando a los socialistas de "desleales con España".

Sainz se opuso a la comisión investigadora porque "pondría en peligro las ayudas" de la UE y arremetió contra Nunca Máis, dibujándola como "instrumento de un partido", el BNG, "para alentar la crispación" y para "desvirtuar el movimiento popular".

También se rechazó ayer la comparecencia de varios ministros solicitadas por IU, el PNV y el Grupo Mixto para abordar distintos aspectos de la crisis.

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