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GUERRA EN IRAK | La posición del Gobierno

El presidente justifica el apoyo de España por la necesidad de "aumentar su presencia en el mundo"

Luis R. Aizpeolea

José María Aznar trató de justificar ayer su apoyo al intervencionismo del presidente norteamericano, George Bush, en la guerra de Irak en un almuerzo con una representación empresarial en La Moncloa. Ante una nutrida delegación del Foro de Marcas Renombradas, Aznar, en un breve discurso previo al almuerzo, celebrado en la residencia presidencial, dijo que "España tiene que aumentar su presencia en el mundo".

Recordó cómo hace tres años, nada más ganar por mayoría absoluta las elecciones generales, ya anunció, en La Moncloa, que "España, en la primera década del 2.001, tiene todas las potencialidades para ser una de las democracias más importantes de Europa y del mundo". El discurso del presidente del Gobierno estuvo plagado de referencias al papel que España puede jugar en el escenario internacional, que los presentes interpretaron como una clara argumentación en favor de su polémica decisión de alinearse con George W. Bush y Tony Blair. "España tiene hoy una consideración y respeto internacional, y puede aumentar su presencia en el mundo", defendió. Y añadió: "España debe llegar al tren de la historia a tiempo. (...) La nueva España puede llegar a tener una posición más fuerte en el escenario internacional. (...) Tenemos que hacer muchas cosas en el exterior. Tenemos que aprovechar muchas oportunidades".

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Aznar no hizo referencias concretas a la guerra ni al papel de España en la reconstrucción de Irak. Pero sí aprovechó para arremeter reiteradamente contra el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al que no citó por su nombre.

Empezó por hacer un paralelismo entre la toma de decisiones en las empresas y en el Gobierno. "Tomar decisiones en una empresa, y en un Gobierno, es elegir y a veces no elegir entre la opción mejor y la extraordinaria sino entre opciones que no son buenas o que no son positivas".

Fue la introducción al ataque a Zapatero, en respuesta al llamamiento que el secretario general del PSOE hizo el sábado a los votantes del PP para que se sumen a un "proyecto de moderación". "España no puede conformarse sólo con ser un país simpático. Tiene que ser un país serio, capaz de asumir responsabilidades, de proyectar su influencia y no decir no a todo, que no es más que un ejercicio de infantilismo que no conduce a ningún sitio".

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También recurrió al amparo literario de Winston Churchill, primer ministro británico que dirigió la guerra contra el nazismo alemán, para decir que los políticos "más que amables deben ser sensatos".

Para reforzar el lugar que "España ocupa en el mundo", Aznar precisó que "participa decisivamente en la construcción de Europa, sabiendo asumir responsabilidades; que es la quinta economía más importante de las 25 de la UE y punto de referencia para nuevas democracias".

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