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Las aseguradoras volvieron a los beneficios en 2002 tras las fuertes pérdidas del año anterior por el 11-S

Íñigo de Barrón

El año pasado, las compañías aseguradoras en todo el mundo ganaron 11.300 millones de euros, que contrastan con las pérdidas de 7.400 millones en 2001, ocasionadas por los atentados terroristas del 11 de septiembre. De hecho, aquellos acontecimientos han supuesto indemnizaciones que se cifran entre 30.000 y 70.000 millones de dólares, por detrás de los casos de las reclamaciones de las tabaqueras, que encabezan el ranking de siniestros con 145.000 millones de dólares.

El incremento medio de las primas fue del 30% en 2002, según Marsh, líder mundial en consultoría de riesgos y seguros. No obstante, los ingresos no cubren los gastos, ya que por cada 100 euros que ingresó el sector, ha pagado siniestros por 105,7 euros a los asegurados. Por tanto, los beneficios llegaron por la buena gestión del efectivo cobrado con antelación. Para 2003, espera que se mantenga el incremento de primas, aunque Marsh no precisó la cuantía.

Otra de las novedades del sector es que, por primera vez en la historia, se ha producido la tercera reducción continuada de los fondos propios de la compañías, lo que implica una nueva caída de la capacidad aseguradora. La tendencia en 2002 fue la subida de las franquicias -el importe del seguro que no se cubre- en todo tipo de siniestros.

Entre los ramos que más subidas han experimentado destaca el de responsabilidad civil de consejeros y directivos. Los continuos escándalos financieros y las fuertes caídas bursátiles han provocado que se dispare el coste de estas primas, que se incrementaron entre un 50% y un 75%. En 2001, la subida de este tipo de primas fue de entre el 30% y el 50%.

Además, entre 1996 y 2002 el coste promedio de las reclamaciones por la caída bursátil pasó de siete millones de dólares a más de 15 millones, y los costes de defensa por estas reclamaciones ascendieron en 2002 a dos millones de dólares, 10 veces más que hace cinco años.

Por otro lado, la aseguradora suiza SwissLife-Rentenanstalt, número uno en vida, tuvo pérdidas récord de 1.170 millones en 2002, un 91,2% más que en 2001.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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