Elvira Lindo cree que el humor se descubre en las cosas pequeñas

Elvira Lindo lleva ya servidas tres rondas de Tinto de verano. Frescas, con gaseosa y limón, con cosas corrientes, pero trascendentes: "El humor se descubre en las cosas pequeñas de la vida", asegura la escritora, que ayer presentó el tercer volumen de la crónica estival de una familia común en el pueblo. La acompañaron su "santo", Antonio Muñoz Molina, y el actor Javier Cámara: "Sus personajes son tan buenos que te entran ganas de interpretarlos", dijo.

El humor, esa cosa tan cara, tan difícil de conseguir, que tanto trabajo cuesta, no es sólo el estado de ánimo con el que Elvira Lindo pasa sus veranos en el campo, entre gatos, membrillos, hijos en mala edad, invitados ocasionales, como el joven Omar, una especie de Manolito Gafotas guineano, y los habitantes del pueblo, con Evelio, el albañil, como icono bien reconocible del entorno. "El humor es un trabajo que hay que intelectualizar. La gente piensa que este trabajo es fácil porque es demasiado espontáneo, pero a mí me cuesta mucho hacerlo, está llenos de cosas al revés, tengo que dar la impresión de que estoy de vacaciones cuando en realidad no es así", dice Elvira Lindo.

Luego está la reacción de la gente ante las invectivas, las bromas, las situaciones. "Mucha gente reacciona mal y ve mala intención en lo que no la tiene. Yo soy muy ingenua", confiesa. Aunque sabe que va por el buen camino. "Cuando recibo cartas de puritanos de derechas y de izquierdas, por igual, diciéndome que no tengo vergüenza, sé que voy por el buen camino".

Pero el hecho es que si no fuera por la complicidad de sus lectores, Elvira Lindo no podría haber labrado un estilo tan propio. "Sigo aquí gracias a la inteligencia de quienes me leen", asegura.

El articulismo no es la única faceta de la creadora de Manolito Gafotas; es guionista de obras como El cielo abierto, Plenilunio o La primera noche de mi vida y, como actriz, acaba de terminar el rodaje de la última película de Miguel Albaladejo, Cachorro.

Muñoz Molina estaba en la presentación en calidad de aludido, según le presentó Juan Cruz. "Suelo ir a este tipo de actos como escritor o presentador de libros, pero hoy es la primera vez que vengo como personaje, y esto me obliga a reflexionar sobre algo que nos gusta mucho a los escritores: la diferencia entre lo real y lo ficticio, algo de lo que no hay manera de aclararse", aseguraba el escritor. Luego esgrimió lo que piensa de la escritura de su creadora y esposa: "Se fija mucho en lo real y selecciona unos pocos rasgos, aquellos que forman esa parte cómica de cada uno de nosotros", apuntó.

Luego intervino Cámara, que actualmente prepara junto a Pedro Almodóvar el rodaje de La mala educación. "El mundo ese que enseña Elvira existe y es de verdad, aunque ahora se quiera desmarcar", afirmó, para después declararse su admirador: "Yo, como actor, busco la frescura, la claridad y los buenos personajes en las cosas que leo, y los que crea Elvira me apetece interpretarlos. Son reales, humanos y están llenos de matices. Sólo espero que lleguemos a hacer una película juntos", aseguró. Fue algo en lo que la autora le tomó la palabra: "Claro que me gustaría escribir un papel para Javier; de hecho, lo voy a hacer encantada y a lo mejor Antonio (su "santo") me acompaña", anunció.