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LA POSGUERRA DE IRAK

El cocinero se rinde

Mientras el cocinero del ex dictador iraquí se entregaba ayer en Tikrit a las tropas de EE UU, otro Sadam Husein participaba el jueves en las tareas de rescate de víctimas del atentado contra la Embajada de Jordania en Bagdad.

El antiguo jefe de cocinas de Sadam, el comandante Qais Rajab, decidió ayer entregarse a las fuerzas de ocupación. El día anterior, los soldados norteamericanos habían efectuado una redada contra su casa en su ausencia. A su vuelta, el cocinero prefirió rendirse, indicó su cuñado, un antiguo teniente de la Guardia Republicana.

Mientras el cerco sobre el ex presidente iraquí se estrecha día a día, Sadam Husein, el socorrista, se dejaba fotografiar con los soldados del tío Sam. El homónimo del ex dictador, un chií de 31 años del sur de Irak, lleva su nombre a la vista de todos en su tarjeta de identificación del hospital Al Iskan de Bagdad.

"En tiempos de Sadam, llamarse Sadam no era siempre bueno", afirma. En 1993, según cuenta, pasó cuatro meses en la cárcel porque había pedido a sus amigos que le llamaran Ismaíl.

El pasado jueves, explica con rabia enseñando los impactos de balas en su vehículo, cuando transportaba a las víctimas del ataque, recibió los disparos de un empleado de la Embajada.

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