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LA POSGUERRA DE IRAK | Nueva propuesta en Naciones Unidas

EE UU quiere más tropas internacionales en Irak pero sin ceder el control militar

Powell se reúne con Annan para promover una resolución en la ONU que refuerce la seguridad

El Gobierno de EE UU está aprovechando la conmoción creada por el atentado del martes contra la sede de Naciones Unidas en Bagdad para plantear una nueva resolución de la ONU que consiga el envío de contingentes militares de países que hasta el momento no han querido implicarse en la posguerra iraquí. Un intento similar, hace un mes, fue condicionado por Francia, Alemania e India a que cualquier nueva resolución corrija las ambigüedades de la 1.483 y evite que las tropas estén bajo mando norteamericano. Kofi Annan, secretario general de la ONU, descarta enviar cascos azules.

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El secretario de Estado, Colin Powell, se entrevistó ayer en Nueva York con Annan y compareció con él ante la prensa para anunciar el proceso de debate de la nueva resolución. De sus palabras se desprende que el gran obstáculo -el mando militar estadounidense- no está resuelto: "En la resolución podrían plantearse asuntos relacionados con el papel que podría jugar la ONU", se limitó a señalar el secretario de Estado, añadiendo que los 27 países que ya han enviado tropas, como España, Reino Unido, Italia o Polonia, quieren que haya un mando estadounidense al frente de la misión: "Hay que asumir el control de una gran organización militar. Eso es lo que proporciona a la coalición el liderazgo norteamericano".

Para Powell, se trata de reforzar lo que ya existe: "Los 27 países tienen en conjunto 22.000 soldados; hay cinco más" -Japón, Portugal, Moldavia, Filipinas y Tailandia- "cuya aportación militar está en curso; y otros 14 con los que estamos hablando". A todo este conglomerado de parches en torno a los 140.000 soldados estadounidenses y los casi 20.000 británicos que ahora se quiere relanzar por razones más políticas que militares se le denomina, en fuentes del Departamento de Estado, la "presencia internacional de seguridad".

Lo que está por ver es si este intento va a reeditar las tensiones que desgarraron el Consejo de Seguridad hace meses o van a servir para encontrar una fórmula superior de cooperación entre los aliados aún distanciados. Powell, que considera que no hay ambigüedad en las atribuciones que las anteriores resoluciones proporcionan a EE UU, expuso ayer el punto de partida de Washington en el debate: "Lo que estamos diciendo es que queremos que la ONU juegue un papel vital. El asunto de ceder autoridad es algo que no hemos discutido hoy".

La primera reacción francesa fue clara: el que algo quiere, algo le cuesta: "Compartir las cargas y las responsabilidades en un mundo de naciones iguales y soberanas implica compartir también información y autoridad", fueron las palabras pronunciadas ante el Consejo por Michel Duclos, número dos de la representación de Francia en la ONU.

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John Negroponte, embajador estadounidense ante Naciones Unidas, dejó abierta alguna posibilidad: "Hay muchas reflexiones y valoraciones en cuanto a lo que habría que hacer para abordar los muchos desafíos que se plantean en Irak. No tenemos propuestas específicas sobre la mesa en este momento". Powell ha hablado sobre la resolución con responsables de exteriores de Francia, Alemania e Italia, según el Departamento de Estado, además de, obviamente, Reino Unido. El británico Jack Straw se entrevistó ayer en Nueva York con Annan. La ministra española, Ana Palacio, tenía previsto volar anoche hacia Nueva York para ver al secretario general.

La gran preocupación de los países más críticos con la guerra y la posguerra es que se aproveche el momento creado por el atentado para conseguir más tropas sin variar sustancialmente el modelo actual de liderazgo por parte de EE UU de la Autoridad Provisional de la Coalición. "Todo el mundo habla de que hay que mejorar la seguridad en Irak, pero... ¿cómo hacerlo? Me da la impresión de que no tenemos respuesta por el momento", según Gennady Gatilov, número dos de la Embajada de Rusia en la ONU.

En todo caso, tanto Kofi Annan como Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, han repetido en las últimas horas su opinión sobre el envío de las diferentes fuerzas. Por lo que respecta a los cascos

azules, Annan cree que las tareas pendientes no tienen nada que ver con las habituales misiones de mantenimiento de la paz: "No veo que los cascos azules tengan nada que hacer en este momento en Irak". Por lo que respecta al jefe del Pentágono, Rumsfeld reiteró desde Honduras su decisión de no enviar más tropas a Irak: "La fuerza que tenemos ahora es la apropiada. El presidente dijo que deberíamos tener las fuerzas necesarias para cumplir con la misión".

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