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LA POSGUERRA DE IRAK

El periodista de la BBC reconoce sus errores en el 'caso Kelly'

Tras los primeros pasos dados el lunes por el director general de la BBC, Greg Dyke, reconociendo los errores cometidos en el caso

Kelly, ayer fue el equipo de informativos el que entonó el mea culpa. El periodista Andrew Gilligan admitió una cadena de errores en su información, aunque siguió defendiendo como correcto y cierto el conjunto de la misma. Su jefe de informativos, Richard Sambrook, adoptó la misma línea.

No hubo ayer la tensión vivida la víspera en la sala 73 del Tribunal Real de Justicia británico, en el centro de Londres. La defensa de Andrew Gilligan adoptó la estrategia de reconocer los errores por anticipado y evitar así que fueran el abogado del Gobierno o el representante legal de los Kelly quienes le atosigaran.

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Gilligan admitió errores en el reportaje emitido a las 6.07 de la mañana del 29 del pasado mayo en el programa Today, que desde Radio 4 marca día a día la agenda informativa de la política británica. Pero aseguró que algunos de los errores quedaron corregidos en la segunda toma de su reportaje, a las 7.32.

El periodista incluyó entre esos errores el haber dicho que el Gobierno introdujo, a sabiendas de que era falso, el dato de que Sadam Husein podía lanzar en 45 minutos un ataque con armas de destrucción masiva. Que se le "calentó la lengua" al decir que la fuente de su información era un miembro de los servicios secretos cuando en realidad estaba "en el entorno" de la inteligencia británica como asesor científico del espionaje del Ministerio de Defensa.

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Disculpas

También fue un error hacer una "interpretación" de las palabras de su fuente y presentarlas como si fueran de ésta. Y asimismo admitió como un error, y pidió disculpas por ello, el correo electrónico que envió a un miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento en el que le sugería preguntas con vistas a la comparecencia de David Kelly.

Pero, a pesar de este catálogo de errores, Gilligan se ratificó en que la sustancia general de la información era correcta. Es decir, que hubo presiones del Gobierno en la elaboración del informe y que el dato de los 45 minutos se había introducido en contra del criterio de parte de la inteligencia británica.

El director de informativos de la BBC, Richard Sambrook, reconoció también esos errores y se ratificó a su vez en la legitimidad de la emisión porque se trataba de una información creíble, de una acusación planteada por una fuente fiable. Pero censuró a Gilligan por su correo electrónico al Parlamento y admitió que la información tenía que haber recibido el visto bueno de los abogados de la BBC antes de emitirse.

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