Karra Elejalde protagoniza y dirige la gamberra 'Toroterapia'

Al actor Juan Diego interpretar a "cabrones" en las películas, dice, le sirve de terapia para ser mejor persona. Y en Toroterapia, de Karra Elejalde, para sanarse él y los internos de un psiquiátrico organizan corridas en las que ellos se meten en la piel de los toros. "Al enfrentarse al torero consiguen liberar sus fantasmas. Edelmiro, por ejemplo, es un animal noble que ha conseguido no escarbar, sino ir al capote", contó el artista en el rodaje del filme en Los Ángeles de San Rafael (Segovia). "En un manicomio hay muchas terapias: macramé, tai-chi o soldadura, y nosotros hemos ideado una nueva", explica Elejalde, al que "radicalmente" no le gusta la tauromaquia. El cineasta interpreta a un ladrón de poca monta que ingresa en la clínica mental para recuperar un collar y allí convive con los locos, capitaneados por un ex torero al que encarna Juan Diego. Javier Gurruchaga, Pepo Oliva y Gloria Muñoz están en el reparto.

"Se habla mucho de la trilogía de Karra Elejalde. Una trilogía en guión, sí, en ser el protagonista, sí, pero no en dirección. Airbag la dirigió sublimemente Bajo Ulloa y en Año Mariano yo llevé la dirección artística, y la técnica, con mucho sentido, Fernando Guillén Cuervo", explica Elejalde. "Esta vez la quería rodar yo. Se sufre menos y uno tiene la sensación de que se está contando lo que uno desea", prosigue.

"Karra tiene muy claro qué es este casi esperpento, este sainete elevado al cubo, evidentemente sin la pluma de Valle-Inclán, pero sí con la misma forma cercana de mirar la realidad", afirma Juan Diego, que finalizó en septiembre El séptimo día, la película de Carlos Saura sobre los asesinatos de Puerto Urraco. "Me gusta mucho el tratamiento de acabado de Toroterapia. La posproducción está incorporando unos elementos impresionantes. La plaza de toros al final se llena de chapapote o cuando le dan unos electroshock los pacientes se quedan verdes", cuenta.

"En mi coco lo que me estoy comiendo es el filete a poquitos. Cada día se trata de hacer esa pequeñita cosa que tienes muy estudiada y poco a poco van desapareciendo las páginas del guión", dice Elejalde, quien asegura no haber hecho nunca nada tan intenso. "Esta película la he escrito junto con José Antonio Ortega y Carlos Zabala. A Ortega le tengo de coach (entrenador) personal. Me cuida porque no me puedo ver, y Carlitos está en el combo todas las veces que no puedo estar yo. En cualquier caso, chequeo todas las tomas porque si no no diriges. De todas formas, este guión, del que hay ocho versiones, lo tenemos escrito desde hace dos años y medio", continúa.

"Pensaba que podía ser más agónico el rodaje, más farragoso, y está siendo ordenado. Estamos teniendo tiempo para ensayar y para rodar", asegura, pero lo cierto es que no para. Amable y nervioso, come a mil por hora mientras de forma atropellada contesta a las preguntas y da indicaciones del filme a quienes pasan por delante de la mesa. Juan Diego calcula que Elejalde trabaja unas 17 horas, y éste termina confesando que tras las largas jornadas de rodaje revisa el resto del guión, aprende su parte e incluso recibe clases de toreo.