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La policía iraquí interroga a dos detenidos por la muerte de Bernal

Ramón Lobo

Policías iraquíes y dos funcionarios españoles del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), desplazados a Bagdad desde España, tomaron declaración en la mañana de ayer a dos detenidos, sospechosos de estar implicados en la muerte de José Antonio Bernal, miembro del CNI que ejercía como agregado segundo de información en la embajada. El interrogatorio, que duró varias horas, tuvo lugar en la comisaría de Al Maamoon, que lleva el caso por ser la del barrio de Al Mansur, donde vivía Bernal. Los agentes y el capitán Tarek, que dirige las pesquisas, abandonaron el centro sin hacer declaraciones.

Una fuente interna de la comisaría informó ayer de que los detenidos son los presuntos asesinos y que uno de ellos vestía las ropas y turbante correspondientes a un clérigo chií. Sin embargo, los investigadores españoles no los consideran los autores materiales de los disparos que acabaron con la vida de su compañero en la mañana del 9 de octubre. El Ministerio de Defensa, por su parte, aseguró desde Madrid que los detenidos son en realidad los vigilantes Kadum y Mohamed, contratados por Bernal y por un segundo agente del CNI también destinado en Bagdad. Fuentes diplomáticas aseguraron anoche que "la investigación sigue abierta" y explicaron las declaraciones de la policía local "en su necesidad de apuntarse un tanto rápido en un delito que ha causado mucho revuelo".

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Retratos robot

El jueves, el capitán Baqr, de la misma comisaría y que también participa en la investigación iraquí mostró a varios periodistas dos retratos robot realizados a lápiz. En uno se veía a un hombre en la treintena, con turbante, barba corta y bigote. El mismo capitán informó de que el vigilante Kadum había sido puesto en libertad ese mismo día y que los dos sospechosos del retrato serían detenidos en las próximas horas. Según Baqr, uno de ellos había sido reconocido por uno de los guardas iraquíes que vigilan habitualmente la embajada española en Bagdad ya que los sospechosos la había visitado en varias ocasiones. Ese dato podría corroborar la tesis de que Bernal y uno de sus presuntos asesinos se conocían.

Otra fuente informó de que una de las pistas que se investigan apunta a la barriada marginal bagdadí de Ciudad Sadr, en la que viven más de un millón de chiítas. Se desconocen aún los móviles del crimen de Bernal y si pudiera tener alguna vinculación política. En Ciudad Sadr son mayoría los partidarios del imán radical Murtada al Sadr, cuyas milicias se enfrentaron a tiros la semana pasada con una patrulla estadounidense que entró en su barrio.

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